Puntuación:
El libro presenta la historia no contada de las mujeres, conocidas como las «Switchboard Soldiers», que sirvieron como telefonistas en la Primera Guerra Mundial. Ofrece una mezcla de hechos históricos y relatos personales, destacando sus contribuciones y desafíos durante la guerra, combinados con un fuerte desarrollo del carácter.
Ventajas:El libro está bien escrito y es atractivo, y ofrece una visión de un aspecto menos conocido de la historia de la Primera Guerra Mundial. Los lectores encuentran a los personajes vibrantes y cercanos, lo que hace que la narración sea inspiradora. Se alabó la habilidad de la autora para combinar la historia real con historias personales, y muchos apreciaron el homenaje a las contribuciones de las mujeres en un entorno de guerra.
Desventajas:Algunos lectores señalaron errores gramaticales e históricos, como la mención incorrecta del puente Golden Gate en la narración. Además, algunas reseñas expresaron su decepción por las oportunidades perdidas de relacionar las experiencias de las mujeres con movimientos sociales más amplios, como el Sufragio Femenino, y consideraron que algunos personajes no se resolvían satisfactoriamente.
(basado en 109 opiniones de lectores)
Switchboard Soldiers
"Una novela reveladora y detallada sobre mujeres soldado extraordinarias... Chiaverini entrelaza los hilos de las vidas de estas valientes mujeres, resaltando su profundo sentido del orgullo y del deber."--Kirkus Reviews.
De la autora superventas del New York Times Jennifer Chiaverini, una novela audaz y reveladora sobre una de las grandes historias no contadas de la Primera Guerra Mundial: las mujeres del Cuerpo de Señales del Ejército de Estados Unidos, que derribaron las barreras de género en el ejército, rompieron el techo de cristal en el lugar de trabajo y lucharon contra una pandemia mientras ayudaban a conducir a los Aliados a la victoria.
En junio de 1917, el general John Pershing llegó a Francia para establecer las fuerzas estadounidenses en Europa. Inmediatamente se vio incapaz de comunicarse con las tropas sobre el terreno. Pershing necesitaba operadores que pudieran conectar múltiples llamadas con rapidez y precisión, hablar francés e inglés con fluidez, mantenerse firmes bajo el fuego y ser totalmente discretos, ya que las llamadas a menudo transmitían información clasificada.
En aquella época, casi todas las telefonistas estadounidenses bien formadas eran mujeres, pero a las mujeres no se les permitía alistarse, ni siquiera votar en la mayoría de los estados. Sin embargo, el Cuerpo de Señales del Ejército de Estados Unidos comenzó a reclutarlas.
Más de 7.600 mujeres respondieron, entre ellas Grace Banker, de Nueva Jersey, monitora de centralita en AT&T y antigua alumna del Barnard College.
Marie Miossec, francesa y aspirante a cantante de ópera.
Y Valerie DeSmedt, una veinteañera operadora de Pacific Telephone de Los Ángeles, decidida a dar un golpe por su Bélgica natal.
Fueron de las primeras mujeres que prestaron juramento en el Ejército de los Estados Unidos bajo los Artículos de Guerra. Los soldados a los que habían sustituido necesitaban un minuto para conectar cada llamada. Los soldados de la centralita podían hacerlo en diez segundos.
El riesgo de muerte era real -las mujeres trabajaban mientras las bombas caían a su alrededor-, al igual que la amenaza de una nueva enfermedad mortal: la gripe española. No todas las telefonistas sobrevivirían.
Las mujeres del Cuerpo de Señales del Ejército de Estados Unidos sirvieron con honor y desempeñaron un papel esencial en la victoria de los Aliados. Su historia nunca había sido objeto de una novela... hasta ahora.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)