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El libro «Los hijos de Enrique VIII», de John Guy, ofrece una visión informativa de la dinámica personal y política que rodeó a los hijos de Enrique VIII, centrándose principalmente en María I, Isabel I, Eduardo VI y Enrique Fitzroy. Aunque está bien escrito y es accesible, muchos críticos señalaron su brevedad y falta de profundidad en algunas áreas.
Ventajas:⬤ Muy recomendable para los interesados en la historia de los Tudor.
⬤ Informativo y fácil de leer, lo que lo hace adecuado para principiantes.
⬤ Exploración detallada de la crianza y educación de los hijos de Enrique.
⬤ Narrativa clara que abarca la dinámica entre los hermanos y su contexto político.
⬤ Ofrece nuevas perspectivas sobre personajes como Enrique Fitzroy y los aspectos menos conocidos de la familia de Enrique VIII.
⬤ Se considera que el libro es demasiado escueto para cubrir exhaustivamente el tema, y muchos desean más profundidad y detalle.
⬤ Algunos críticos opinan que es superficial y no hace justicia a la complejidad de los acontecimientos históricos.
⬤ Ciertas secciones, en particular las relativas a Isabel I, se consideraron precipitadas y carentes de una exploración exhaustiva.
⬤ Algunos críticos señalaron un tono seco en algunas partes, sobre todo en la enumeración de acontecimientos o regalos.
(basado en 71 opiniones de lectores)
The Children of Henry VIII
Tras la fachada de política y pompa de la corte de los Tudor, se escondía un drama familiar.
Nada impulsaba más a Enrique VIII, el rey más rico y poderoso de Inglaterra, que tener un heredero varón legítimo y perpetuar así su dinastía. Con ese fin, se casó con seis esposas, protagonizó el caso de divorcio más famoso del siglo XVI y rompió con el Papa, todo ello en una época de competencia y guerras internacionales, agitación social y creciente intolerancia y discordia religiosas.
Enrique tuvo cuatro hijos vivos, cada uno de una madre distinta. Sus relaciones se vieron a menudo marcadas por los celos, la desconfianza mutua, la rivalidad entre hermanos e incluso el odio. Poseedores de un ingenio rápido y una voluntad fuerte, sus caracteres se definieron en parte por la educación que recibieron y en parte por acontecimientos sobre los que no tenían control.
Enrique Fitzroy, duque de Richmond, aunque reconocido como hijo del rey, nunca pudo olvidar su ilegitimidad. Eduardo murió cuando aún era un adolescente, conspirando desesperadamente para excluir a sus hermanastras del trono. El mundo de María quedó destrozado por el divorcio de su madre y su propio matrimonio infeliz. Isabel fue la más exitosa, pero también la más afortunada. Aun así, vivía sabiendo que su padre había ordenado la ejecución de su madre, a menudo temía por su propia vida y nunca pudo casarse con el único hombre al que amaba de verdad.
Los hijos de Enrique idolatraban a su padre, aunque diferían radicalmente sobre cómo perpetuar su legado. Para contar sus historias, John Guy vuelve a los archivos, recurriendo a una amplia gama de registros contemporáneos, cartas personales y relatos de primera mano.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)