Los guardianes de nuestros hermanos: Para los que han olvidado y los que nunca supieron

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Título original:

Our Brothers' Keepers: For Those Who Have Forgotten and Those Who Never Knew

Contenido del libro:

Los relatos de LOS CUIDADORES DE NUESTROS HERMANOS sirven de recordatorio a quienes han olvidado los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center y el Pentágono, así como el atentado fallido y el accidente del vuelo 93 de United en Shanksville, Pensilvania. Relatadas por supervivientes, intervinientes, familiares y curiosos, las historias ofrecen también una visión de aquel día y de los días siguientes a quienes son demasiado jóvenes para recordar y a quienes no estaban vivos el 11 de septiembre.

La idea del libro surgió de un hombre, cuyo nombre permanecerá en el anonimato, que trabajaba para el Departamento de Saneamiento y acudió inmediatamente a la Zona Cero tras el atentado para ayudar. Como consecuencia de las toxinas a las que estuvo expuesto, ahora lucha contra un cáncer en estadio 4. Pidió que los afectados pudieran contar sus historias, ya que sentía que todos habían caído en el olvido, excepto una vez al año, cuando se celebran ceremonias.

Son las personas las que cuentan sus historias con sus propias palabras. Están los que trabajaban en una de las Torres Gemelas y los intervinientes que vinieron a ponerlos a salvo.

Hay neoyorquinos que fueron los observadores y, en muchos casos, impotentes salvo para ser espectadores. Están los que vinieron después, incluida una mujer que trajo a su perro de terapia para consolar a los trabajadores que tuvieron el horrible trabajo de buscar víctimas y clasificar lo que quedaba.

Está la historia contada por el supervisor de control aéreo del aeropuerto de Pittsburgh y también la del jefe de bomberos de Shanksville, que dejó apresuradamente su trabajo para ir a ayudar a encontrar supervivientes del vuelo 93 de United, sólo para descubrir que no había ninguno. También está el capellán del Pentágono que sobrevivió al ataque y luego, como sacerdote católico, tuvo que celebrar la misa funeral por su mejor amigo.