Puntuación:
El libro explora el concepto del largoplacismo, haciendo hincapié en el imperativo moral de influir positivamente en el futuro lejano teniendo en cuenta el bienestar de las generaciones futuras. Incluye metáforas intrigantes y debates que invitan a la reflexión sobre la ética de la población, los riesgos existenciales y la importancia de tomar decisiones hoy por el bien de la humanidad futura.
Ventajas:El libro está bien escrito y ofrece un análisis del largoplacismo que invita a la reflexión, presentando poderosos argumentos para tener en cuenta a las generaciones futuras en nuestro cálculo moral. Ofrece nuevas perspectivas sobre la ética de la población, los riesgos existenciales y formas prácticas de influir positivamente en el futuro, lo que lo convierte en una lectura estimulante para las personas que desean marcar la diferencia. La prosa de MacAskill es atractiva y explica ideas complejas de forma accesible.
Desventajas:Los críticos señalan fallos lógicos en los argumentos presentados, sobre todo en lo que se refiere al tratamiento de complejos dilemas éticos y a la vaguedad de las recomendaciones prácticas. Algunos lectores consideran que el capítulo final carece de orientaciones concretas y depende demasiado de discusiones filosóficas abstractas. Además, la profundidad del análisis en ciertas áreas se consideró superficial, lo que provocó frustración entre quienes tenían un conocimiento más profundo de los temas tratados.
(basado en 117 opiniones de lectores)
What We Owe the Future
Bestseller instantáneo del New York Times.
«Este libro cambiará tu idea de lo grande que puede ser la historia de la humanidad, de dónde encajas tú en ella y de lo mucho que puedes hacer para mejorarla. Así de sencillo y así de ambicioso".
--Ezra Klein
Un filósofo de Oxford defiende el «largoplacismo», es decir, que influir positivamente en el futuro a largo plazo es una prioridad moral clave de nuestro tiempo.
El destino del mundo está en nuestras manos. La historia escrita de la humanidad abarca sólo cinco mil años. Nuestro futuro aún no escrito podría durar millones más, o podría acabar mañana. Un número asombroso de personas podrían vivir vidas de gran felicidad o de sufrimiento inimaginable, o no vivir nunca, dependiendo de lo que decidamos hacer hoy.
En What We Owe The Future (Lo que debemos al futuro), el filósofo William MacAskill defiende el largoplacismo, es decir, la idea de que influir positivamente en el futuro lejano es una prioridad moral clave de nuestro tiempo. Desde esta perspectiva, no basta con invertir el cambio climático o evitar la próxima pandemia. Debemos asegurarnos de que la civilización se recupere si colapsa; contrarrestar el fin del progreso moral; y prepararnos para un planeta en el que los seres más inteligentes sean digitales, no humanos.
Si tomamos decisiones sabias hoy, los nietos de nuestros nietos prosperarán, sabiendo que hicimos todo lo posible para darles un mundo lleno de justicia, esperanza y belleza.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)