Puntuación:
Conduciendo a Jesús a Little Rock, de Roland Merullo, ofrece una narración espiritual y humorística que reflexiona sobre temas profundos de la vida, la espiritualidad y el crecimiento personal. Aunque presenta un diálogo reflexivo destinado a fomentar la bondad y la humildad, algunos lectores consideran que carece de la profundidad de las obras anteriores de Merullo, y algunos lo perciben como simplista o sermoneador.
Ventajas:Los lectores aprecian el humor del libro, la profundidad de los personajes y la exploración reflexiva de temas espirituales. La escritura es descrita como bella y atractiva, y las discusiones sobre la fe y los viajes personales resuenan bien con muchos. Muchas reseñas destacan la capacidad del libro para evocar la bondad y la reflexión en los lectores, así como para proporcionar entretenimiento a través de personajes bien dibujados y momentos cómicos.
Desventajas:Algunos lectores consideran que el libro carece de sabiduría espiritual en comparación con las obras anteriores de Merullo, y las críticas señalan un énfasis excesivo en el diálogo interno y las actividades mundanas. Otros calificaron la trama de excesiva o simplista, y expresaron su decepción por la posibilidad de que el autor no sea tan abierto de mente como afirma. Los críticos de algunas perspectivas religiosas incluso consideraron que el libro se alejaba demasiado de las enseñanzas tradicionales.
(basado en 16 opiniones de lectores)
Driving Jesus to Little Rock
Driving Jesus to Little Rock, de Roland Merullo, encaja perfectamente en la estantería con sus otros queridos y extravagantes libros espirituales: Golfing with God, American Savior, Vatican Waltz, The Delight of Being Ordinary la trilogía Buddha (Breakfast, Lunch, and Dinner)-una lista que ha vendido más de medio millón de ejemplares y ha sido ampliamente traducida. En esta ocasión, el narrador, Eddie Valpolicella, se dirige de Massachusetts a Arkansas para dar una conferencia sobre "su" novela Desayuno con Buda cuando, no muy lejos de su casa, recoge a un misterioso autoestopista. Vestido con ropa sencilla, insiste en que es un admirador del autor, el autoestopista dice ser Jesús, el Jesús, y acompaña a Eddie en un viaje por carretera de cinco días que lo desafía de formas muy divertidas.
Cada noche, de camino al sur, Eddie llama a casa para hablar con su mujer, y la ardiente insistencia de Anna Maria en elegir la confianza por encima de la sospecha le empuja gradualmente a salir de su cinismo original. Jesús juega a aparecer y desaparecer, cambia de forma, vacila de maestro severo a amigo afectuoso, y Eddie, confundido, desconfiado y luchando con sus propias nociones preconcebidas de espiritualidad, sólo muy lentamente se da cuenta de que está recibiendo una valiosa guía en el arte de vivir.
Como hizo en sus otras aventuras de viajes por carretera, Merullo consigue caminar por la cuerda floja planteando profundas cuestiones filosóficas sin sonar sermoneador. El autor invita al lector a reflexionar sobre la vida, al tiempo que le hace reír y le ofrece una visión de Estados Unidos desde el terreno. Este viaje incluye a ricos hombres de negocios rusos, pobres cazadores de ciervos de los Apalaches, guías espirituales sudamericanos y visitas a lugares tan aparentemente dispares como un estudio de masajes terapéuticos en el Bajo Manhattan, el Museo de los Derechos Civiles de Memphis y el monasterio de Getsemaní de Thomas Merton en la Kentucky rural. Por el camino hay comidas y bebidas, giros equivocados y paisajes intrigantes, todo ello enfocado al lado del Jesús totalmente original y extrañamente creíble del libro.
Conduciendo a Jesús a Little Rock divierte, ilumina y entretiene, sirviendo en última instancia como el consuelo perfecto para los maltratados lectores post-Covid.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)