Liderar sin nada que perder

Opiniones de los lectores

Liderar sin nada que perder es el segundo libro de la trilogía del líder indefenso de Simon Walker, que presenta técnicas prácticas de liderazgo ilustradas a través de atractivas historias. Se recomienda a quienes acceden a puestos de liderazgo, idealmente después de haber leído el primer libro.

Enfoque práctico, estrategias útiles, bien escrito, lectura amena, incluye diagramas y analogías, historias de líderes de éxito ayudan a ilustrar las técnicas.

Se aconseja leer previamente el primer libro de la trilogía para poder apreciar plenamente éste.

(basado en 2 opiniones de lectores)

Título original:

Leading with Nothing to Lose

Contenido del libro:

El viaje hacia el liderazgo sin defensa no se detiene en un descubrimiento personal. Su resultado práctico debe ser un nuevo enfoque de las tareas de liderazgo.

Este libro se adentra en el territorio del líder pragmático que tiene que tomar decisiones ejecutivas, gestionar presupuestos, fijar objetivos, contratar y despedir, resolver conflictos, mejorar el rendimiento, organizar procedimientos y planificar estrategias. El autor ilustra a partir de la historia los puntos fuertes y débiles de ocho estilos diferentes de ejercer el poder (que él denomina Fundacional, de Mando, Afiliativo, de Servicio, de Marcación del Ritmo, Visionario, Consensual y de Autovaciación), y explica por qué la capacidad de utilizar no sólo uno o dos de ellos, sino todos con fluidez -y en beneficio de los demás, no de nosotros mismos- no depende simplemente de la habilidad o la formación, sino (paradójicamente) de la libertad para abandonar nuestras defensas y atender a las necesidades de quienes nos rodean.

De hecho, mientras tengamos miedo de lo que podamos perder, seguiremos sin poder acceder a la más radical y poderosa de las estrategias de liderazgo: el vaciamiento de uno mismo. El Santo Grial del liderazgo -la capacidad de utilizar cada una de las ocho estrategias como y cuando sea necesario- sólo lo encuentran quienes, como Mahatma Gandhi o Martin Luther King, asumen el riesgo de «liderar sin nada que perder».