Las rebeliones jacobitas de las Islas Británicas

Título original:

The Jacobite Rebellions of the British Isles

Contenido del libro:

La historia de las rebeliones jacobitas comenzó realmente en 1534, cuando el rey Enrique VIII cambió la religión oficial de Inglaterra de católica a protestante. La narración continuó en tiempos turbulentos de guerra civil y luchas religiosas y políticas, hasta que las tensiones y el descontento llegaron al punto de ebullición cuando el rey católico Jacobo II subió al trono en 1685; inmediatamente se vio acosado por una rebelión protestante liderada por el duque de Monmouth, que puso en marcha una cadena de acontecimientos que desembocó en la coronación de Guillermo III y María II como monarcas conjuntos tras un golpe de estado incruento.

La destitución de Jacobo del trono fue la chispa que impulsó a sus partidarios a organizar una serie de revueltas, conocidas como las Rebeliones Jacobitas, cuyo nombre procede del latín Jacobus. Estos levantamientos, que incluyeron las rebeliones de las Tierras Altas de Escocia y las Guerras Guillerminas en Irlanda, también formaron parte del panorama más amplio de una guerra europea, conocida como la Guerra de los Nueve Años; la Guerra de la Gran Alianza; o la Guerra de la Liga de Augsburgo (1688-1697). Durante la misma, el rey Luis XIV de Francia se esforzó por hacer realidad sus planes expansionistas al tiempo que imponía la religión católica y seguía promoviendo la causa jacobita para sus propios fines.

Más tarde, el rey Luis XIV contribuyó a iniciar otro conflicto en Europa: la Guerra de Sucesión española de 1701 a 1714, que llevó a los franceses a seguir apoyando los levantamientos jacobitas en Escocia durante el mismo periodo y más allá, hasta desembocar en el audaz intento de Bonnie Prince Charlie de hacerse con el trono británico en 1745.

La rebelión del 45 fue finalmente sofocada con la aplastante derrota militar de Culloden en 1746, cuando la última batalla campal en suelo británico supuso la sentencia de muerte para la monarquía católica y Estuardo. Sin embargo, la leyenda del audaz príncipe, que estuvo tan cerca pero tan lejos de recuperar el trono para los Estuardo, sigue muy viva en Escocia, sobre todo porque siguió frustrando una enorme persecución gubernamental para capturarlo, en medio de un salvaje contexto de represalias contra los jacobitas de las Highlands.