Las empresas también son personas (y deberían actuar como tales)

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Título original:

Corporations Are People Too: (and They Should ACT Like It)

Contenido del libro:

Por qué es mejor tratar a las empresas como personas ante la ley y hacer que se comporten como ciudadanos.

¿Son las empresas personas? El Tribunal Supremo de Estados Unidos inició un acalorado debate cuando dictaminó en Citizens United que las empresas pueden reclamar los mismos derechos de libertad de expresión que los seres humanos. ¿Deberían las empresas poder reclamar derechos de libertad de expresión, conciencia religiosa y garantías procesales? Kent Greenfield ofrece una respuesta: A veces.

Con un análisis que sin duda desafiará los supuestos tanto de progresistas como de conservadores, Greenfield explora las reclamaciones de las empresas de derechos constitucionales y los conflictos fundamentales sobre sus obligaciones en la sociedad. Sostiene que una oposición generalizada a la personalidad jurídica de las empresas es errónea, ya que es coherente tanto con el propósito de las empresas como con la propia Constitución que las empresas puedan reclamar derechos al menos en algunas ocasiones. El problema de Citizens United no es que las empresas tengan derecho a hablar, sino para quién hablan. La solución no es acabar con la personalidad jurídica de las empresas, sino exigirles que actúen más como ciudadanos.