Las aventuras de Cobasfang: La Guerra de los Tres Reinos

Título original:

The Adventures of Cobasfang: War of Three Realms

Contenido del libro:

En el tercer libro de la trilogía de David Walker Las Aventuras de Cobasfang, la aventura de Ty comienza fuera de los salones de Ciudad Norgon, donde por fin ve al enorme Ejército de Lord Drockmar y tiene que prepararse para su inevitable ataque. Mientras se apresura a avisar a la gente de su pueblo que se está reuniendo en los grandes Campos Azules para ayudar a acabar con la guerra, Ty, Torg y Normack lo arriesgarán todo y viajarán a través de una peligrosa e inexplorada cueva bajo la Montaña de Cristal. Cuando por fin llegan a los frondosos campos, Ty se sorprende al encontrar a su madre, Marie, haciendo los planes para la batalla y liderando el ejército de trapo de su aldea.

Pero sin tiempo y sin encontrar a los Guardianes Reales de Zintarian, Marie lidera el ataque contra el ejército de Lord Drockmar, que sale a borbotones de las cuevas de la Montaña de Cristal. Superados en número y luchando como pueden, los aldeanos son casi completamente destruidos de no ser por la ayuda del original Cobasfang, Señor del Bosque Sombrío que aparece cabalgando en lo alto de su dragón.

Las mareas de la guerra comenzaron a girar a su favor cuando el dragón empezó a diezmar los avances de los Norgon y los Guardianes Reales Zintarian llegaron por fin. Fue entonces cuando Ty se enfrentó cara a cara con Lord Drockmar y lo derrotó en una batalla épica.

Con Lord Drockmar atado y su maldito zafiro negro bajo el control de Ty, éste se dirigió a la cueva de la bruja del agua Morella para romper el hechizo que unía el control de Lord Drockmar sobre las criaturas de Norgon. Sin embargo, Morella no pudo romper el hechizo de esa piedra maligna y lo único que pudo hacer fue revertir el vínculo telepático que la piedra tenía entre Lord Drockmar y las criaturas de Norgon.

Al darse cuenta de que Lord Drockmar sería atormentado más allá de lo imaginable, Ty, Torg, Normack y otros dos Guardianes Reales Zintarian viajaron más allá del Bosque Sombrío para devolver el maldito zafiro negro al lugar donde Lord Drockmar lo obtuvo para que su energía pudiera ser finalmente destruida. Pero esta aventura seguramente costaría la vida a todos los allí presentes, ya que tuvieron que viajar a la tierra de los olvidados y colocar la piedra en el nido de la dragona Avare, para que sus crías aún no nacidas se dieran un festín con su energía.

Pero tras luchar contra los engendros que protegían la guarida de Avare y colarse en su cueva, Ty llegó demasiado tarde, pues su cría ya había eclosionado unos segundos antes de que él llegara. Entonces, arriesgándose, Ty colgó la piedra alrededor del cuello de la cría y, de algún modo, abrió un vínculo irrompible entre él y el recién nacido dragón al que Ty llamó Goobella.

Indignada por la invasión de su guarida y por el hecho de que Ty fuera el que puso nombre a su cría, Avare trató a la cría como a una intrusa más, la echó de su guarida y la calcinó hasta dejarla limpia.

Ahora, con una cría de dragón que sigue a Ty como un cachorro y sin poder ocultárselo a su familia, Ty tendrá mucho trabajo cuando se enfrente al nuevo camino que ha elegido en la vida. El camino como protector del Bosque Sombrío.