La vida eterna

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Título original:

Life Eternal

Contenido del libro:

Continuando con sus libros Después de la muerte: carta de Julia y La isla azul, el periodista pionero William Thomas Stead, que en 1912 se hundió en el Titanic, comunicó consejos e información adicionales de las esferas más allá de nuestra existencia física, o lo que algunos llaman, la vida después de la muerte.

Tras más de veinte años de comunicación, directa y a través de las médiums Hester Dowden y Geraldine Cummins, la hija de Stead, Estelle, publicó La vida eterna en 1933.

En este libro, Stead amplía y aclara "La Isla Azul", el estado ilusorio en el que él y otros pasajeros y tripulantes del Titanic se encontraron tras su muerte física. Describe esa época como "un período que sigue a un choque estremecedor y a un cambio grande y repentino".

Continúa diciendo:

"De hecho se estaba llevando a cabo una "cura", y... nos despertamos, nos frotamos los ojos y nos encontramos en un mundo no muy distinto del vuestro: un mundo en el que todos nos sentimos incómodos y extraños al principio. Luego supimos que la Isla Azul era un sueño común a todos nosotros, y que ahora debíamos seguir caminos separados, y comenzar nuestra nueva vida".

Stead trata una amplia gama de temas, como las llamadas esferas de existencia, la reencarnación, los niños en la otra vida, el bien y el mal, el método y el reto de la comunicación entre las esferas y mucho, mucho más.

Comparando el mundo físico con el lugar donde ahora residía, comentó: "Tu Tierra es como el sedimento del fondo de un recipiente; cuanto más subes, más claro se vuelve el fluido".