La isla azul: Experiencias de un recién llegado más allá del velo

Opiniones de los lectores

Las reseñas destacan la comunicación póstuma de William Stead sobre la vida después de la muerte, grabada por un médium. Stead describe un lugar de descanso inicial al que se refiere como la «Isla Azul», una zona temporal de adaptación en la que persisten los placeres terrenales antes de pasar a una experiencia más profunda del más allá. El libro ofrece una visión de lo que cabe esperar después de la muerte, lo que lo convierte en una lectura reconfortante para quienes se enfrentan a la pérdida.

El libro ofrece valiosos conocimientos sobre la vida después de la muerte, presenta una lectura interesante y agradable, se ajusta a las experiencias personales de algunos lectores y está bien escrito. Es recomendable para quienes buscan consuelo o comprensión sobre la vida después de la muerte, y podría ser beneficioso en los centros de cuidados paliativos.

Los escépticos pueden tachar el contenido de ficción imaginativa, y hay menciones a preguntas sin respuesta sobre la vida después de la muerte que algunos lectores pueden encontrar frustrantes.

(basado en 4 opiniones de lectores)

Título original:

The Blue Island: Experiences of a New Arrival Beyond the Veil

Contenido del libro:

Cuando el 12 de abril de 1912 el buque de pasajeros británico RMS Titanic se hundió a 400 millas de la costa de Canadá, Estelle Stead estaba de gira por el Reino Unido con su propia compañía de teatro shakesperiano. Uno de los miembros de su grupo era un joven llamado Pardoe Woodman. Según Estelle, unos días antes de la tragedia Woodman le dijo tomando el té que iba a producirse un gran desastre en el mar y que un anciano muy cercano a ella estaría entre las víctimas.

El padre de Estelle, William Thomas Stead, director de un periódico británico y periodista pionero, era pasajero del Titanic y se hundió con el barco. Cinco años más tarde, en 1917, Woodman empezó a recibir mensajes de William Stead mediante escritura automática. Tras licenciarse del ejército, Woodman fue huésped de Estelle, que empezó a sentarse con él y a grabar los mensajes. Observó que Woodman escribía con los ojos cerrados y que la escritura era muy parecida a la de su padre. Además, mientras escribía se detenía a veces y volvía atrás para poner los puntos sobre las íes, una costumbre de su padre de la que ella estaba segura que Woodman no sabía nada.

Supuestamente, Stead afirmó que, tras su muerte, él y otros pasajeros fallecidos fueron llevados a lo que describió como una Isla Azul, presumiblemente, en algún lugar del llamado Plano Astral. Este libro es un registro de lo que él recogió en ese estado posterior a la muerte física; una especie de guía de viaje de ultratumba para cualquiera que busque direcciones.