La respuesta compleja: El arte como inteligencia no binaria

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Título original:

The Complex Answer: On Art as a Non-Binary Intelligence

Contenido del libro:

Ensayos sobre la cuestión de cómo el arte -y las prácticas artísticas contemporáneas en particular- encarna una inteligencia capaz de servir al borrado de la distinción cultura/naturaleza.

La respuesta compleja: On Art as a Non-Binary Intelligence presenta una serie de ensayos enredados sobre la cuestión de cómo el arte, y las prácticas artísticas contemporáneas en particular, encarnan una inteligencia capaz de servir a la eliminación de la distinción entre cultura y naturaleza. El libro está concebido en cuatro partes y cada una de ellas no sólo introduce una escritura ligeramente diferente sobre el tema tratado, sino que también hace referencia a cuestiones concretas que afectan a la práctica del arte, al ejercicio de exponer, al deber de reflexionar y a las formas institucionales que definen nuestro presente pero que pueden cambiar radicalmente en un futuro próximo.

El libro imagina el arte y el arte contemporáneo como un órgano. Un órgano que produce una experiencia de realidades inexpresables que son fundamentales para entender la vida y sus procesos. Las células madre existen, primero, sin una finalidad y es el conjunto del organismo el que decide si van a formar parte de un nervio auditivo o del cerebro o de la córnea de un ojo. Esta adición a un órgano es como Chus Martnez entiende la inteligencia del arte. Poetas y artistas han afirmado entender el lenguaje de los pájaros y las flores. Ahora hablamos de comunicación multiespecie sin rastro de lenguaje metafórico. La experiencia de la naturaleza ha evolucionado dentro de la práctica artística. Se podría afirmar que el hecho mismo de que hablemos de inteligencia artificial es un mérito de las artes. Trasladar rasgos de la vida orgánica a entidades inorgánicas como los sistemas de información es una osadía que tardó siglos en prepararse. El arte ha sido esencial para que nuestros sentidos y nuestros argumentos estuvieran preparados para aceptar esta realidad. Lo mismo ocurre con el lenguaje animal, las reacciones sincronizadas de una selva tropical y la forma transformadora en que se ha descubierto que los peces son capaces de reconocer su propia imagen en un espejo. No son más que bromas por parte de las ciencias, desarrollos de conocimientos técnicos.