La nueva autocracia: información, política y política en la Rusia de Putin

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Título original:

The New Autocracy: Information, Politics, and Policy in Putin's Russia

Contenido del libro:

Corrupción, noticias falsas y la "autocracia informativa" que sostiene a Putin en el poder.

Después de pasar a un segundo plano durante muchos años tras el colapso de la Unión Soviética, Rusia ha surgido de repente como una nueva amenaza, al menos en la mente de muchos occidentales. Pero los supuestos occidentales sobre Rusia, y en particular sobre la toma de decisiones políticas en Rusia, tienden a estar desfasados o simplemente equivocados.

Bajo el liderazgo de Vladimir Putin desde 2000, Rusia no es ni una versión algo reducida de la Unión Soviética ni un clásico Estado policial. La corrupción prevalece en todos los niveles del gobierno y de las empresas, pero los dirigentes rusos persiguen objetivos más amplios y complejos de lo que cabría esperar en una cleptocracia típica, como las de muchos países en desarrollo. Rusia tampoco encaja en el modelo estándar de la ciencia política de un régimen "autoritario competitivo"; su parlamento, partidos políticos y otros órganos políticos no son ni falsificaciones para engañar a Occidente ni foros de regateo entre las élites.

Fruto de una colaboración de dos años entre los mejores expertos rusos y estudiosos occidentales de la política, Autocracia explora las complejas funciones de la presidencia, los servicios de seguridad, el parlamento, los medios de comunicación y otros actores de Rusia. Los autores sostienen que Putin ha creado una "autocracia informativa", que se basa más en la manipulación de los medios de comunicación que en la represión integral de las dictaduras tradicionales. Las noticias falsas, los hackers y los trolls que protagonizaron la política exterior rusa durante las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 son también herramientas favoritas del régimen interno de Putin, junto con las restricciones de Internet, la televisión estatal y las copiosas encuestas internas. Aunque estas tácticas han tenido éxito a corto plazo, el régimen que depende de ellas ya muestra signos de vejez: centralización excesiva, reducción de los flujos de información y dependencia de intermediarios informales para eludir la burocracia. El reto del régimen será seguir bloqueando la modernización social sin socavar las propias capacidades de los dirigentes.