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Christmas Is a Promise (Pack of 25)
Una tarde de diciembre, rebuscando en el garaje, olfateé la inconfundible fragancia del cuero nuevo. Mis dedos de siete años la encontraron detrás de una caja: una brida nueva para poni.
Desde ese mismo momento, Papá Noel fue destronado de mi infancia. Se acabó el dejar leche y galletas en la repisa de la chimenea en Nochebuena. Se acabaron las cartas de súplica al Polo Norte. Se acabó el azúcar y las zanahorias para los renos. Me sentí aliviada. En el fondo, algo me decía que todo era una estratagema.
Desde entonces, el 25 de diciembre tenía un nuevo significado. Era un día especial, un día sagrado. El servicio de velas de Nochebuena en la iglesia tenía un significado nuevo y más profundo. Casi de la noche a la mañana, la Nochebuena se convirtió en una de esas "noches de silencio" para reflexionar sobre el milagro de Jesús.
Y reflexioné largo y tendido. Pero siempre, cuando volvía a sentarme en el banco, esperaba que ocurriera algo más, algo que colmara mi anhelo interior. Ahora sé que estaba sumido en un profundo anhelo navideño. Es un anhelo que todos sentimos en esta época del año, especialmente cuando escuchamos al niño que llevamos dentro. Es un deseo de estar en casa, de pertenecer, de encontrar la plenitud, completa y eterna. La Navidad es una invitación a una celebración que aún está por llegar.
A este lado de la eternidad, la Navidad es una promesa. El Salvador trae paz interior a quienes le reciben. Pero la historia no termina hasta que haya paz en nuestro mundo.
Cada Navidad sigue siendo una "vuelta de página" hasta que Jesús regrese. Cada 25 de diciembre marca otro año que nos acerca al cumplimiento de los tiempos, que nos acerca a nuestro hogar celestial. Cada villancico es un bello eco del coro celestial que un día llenará el universo de alegría y cantos. Cada regalo de Navidad es un presagio de los regalos de coronas de oro que se arrojarán a los pies del Rey de Reyes.
Cada sonrisa, cada abrazo, nos hace señas y nos llama hacia lo alto, cuando los que han recibido el don del Hijo de Dios verán al Señor cara a cara.
Los ángeles que se ciernen sobre las copas de los árboles pueden haber anunciado su nacimiento en la noche de Belén, pero un día anunciarán el amanecer de un nuevo día.
En esta Navidad pido a Dios que colme el anhelo de tu corazón con la realidad de su Hijo. Que el niño de Belén que dio su vida en la cruz del Calvario te traiga amor, alegría y paz durante todo el año y en la eternidad.
"... He aquí que os anuncio una gran alegría que será para todo el pueblo. Porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor".
Lucas 2:10-11.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)