La máquina de plantación: El capitalismo atlántico en la Saint-Domingue francesa y la Jamaica británica

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Título original:

The Plantation Machine: Atlantic Capitalism in French Saint-Domingue and British Jamaica

Contenido del libro:

Jamaica y Saint-Domingue fueron sociedades esclavistas y colonias imperiales del siglo XVIII especialmente brutales pero llamativamente exitosas. Estos regímenes de plantación eran, por adoptar una metáfora de la época, complejas "máquinas", afinadas con el tiempo por plantadores, comerciantes y funcionarios para ser más eficientes en la explotación de sus trabajadores esclavizados y servir a sus imperios.

Utilizando una amplia gama de pruebas de archivo, The Plantation Machine traza un medio siglo crítico en el desarrollo de los marcos sociales, económicos y políticos que hicieron posibles estas sociedades. Trevor Burnard y John Garrigus encuentran similitudes profundas e inesperadas en estas dos colonias premio de imperios que lucharon entre sí durante todo el periodo. Jamaica y Saint-Domingue experimentaron, casi en el mismo momento, una amarga disputa entre plantadores y gobernadores, un violento conflicto entre amos y trabajadores esclavizados, un fatídico endurecimiento de las leyes raciales, una constante expansión del comercio de esclavos y la crítica metropolitana a la crueldad de los plantadores.

El núcleo de La máquina de plantación aborda la Guerra de los Siete Años y sus secuelas. Los sucesos de aquel periodo, en particular un susto por envenenamiento de esclavos en Santo Domingo y una revuelta casi simultánea de esclavos en Jamaica, cimentaron el dominio blanco en ambas colonias.

Burnard y Garrigus sostienen que las preocupaciones políticas locales, y no las ideologías raciales emergentes, explican el surgimiento de formas distintivas de racismo en estas dos sociedades. La Revolución Americana supuso otra crisis imperial para los beneficiarios de la maquinaria de las plantaciones, pero en la década de 1780 los blancos de cada lugar prosperaban como nunca antes, y los negros sufrían de formas nuevas e inquietantes.

El resultado fue que Jamaica y Saint-Domingue se convirtieron en partes de vital importancia de los imperios americanos de Gran Bretaña y Francia de finales del siglo XVIII.