La ley de la civilización y la decadencia: Un ensayo sobre la historia

Título original:

The Law of Civilization and Decay: An Essay on History

Contenido del libro:

Antes de Oswald Spengler, Arnold Toynbee y otros historiadores del auge y la caída de las culturas, existió Brooks Adams. Y aunque hoy hay cada vez más historiadores que añaden sus teorías sobre por qué las civilizaciones se derrumban por factores como la invasión militar, el exceso de impuestos o los cambios ecológicos, la mayoría de estas teorías no llegan a la causa de cómo las civilizaciones, si no se atrofian y mueren en la juventud o en la madurez, mueren de vejez.

Nuestra civilización occidental tiene el optimismo de que poseemos una cultura de vida eterna gracias a nuestra ciencia e industria, pero es precisamente en este ciclo del llamado "progreso" cuando una civilización cae. Mientras Spengler describía este proceso de nacimiento, vida y muerte de las culturas, varias décadas antes Brooks Adams, contemplando sus observaciones de las sociedades, llegaba a la conclusión de que la forma en que una sociedad considera su dinero como un símbolo cultural indica el carácter de la sociedad. Spengler también se ocupó de la cuestión del dinero como símbolo del auge y la decadencia cultural, y seguramente habría aplaudido el trabajo de Brooks Adams, aunque no parece haber tenido conocimiento del estudio del estadounidense.

En La ley de la civilización y la decadencia, Adams considera diversas sociedades y civilizaciones según el simbolismo, la forma y la influencia de su acuñación de moneda, y concluye que una sociedad o civilización se ve privada de su vigor cultural, de su genio creativo, cuando entra en un ciclo en el que el dinero se convierte en el factor dominante en lugar de servir meramente como mecanismo. La energía de una sociedad, o lo que podríamos considerar su libido colectiva, se desvía totalmente hacia el comercio y lo que queda de la creatividad cultural se convierte en una actividad económica para el mercado: una mercancía. Esta es precisamente la situación actual de nuestra civilización occidental. Para quienes "tienen ojos para ver", el valor de la obra de Brooks Adams debería tocar una fibra sensible de inmediato.