La economía en la política antimonopolio: Libertad para competir frente a libertad para contratar

Opiniones de los lectores

Actualmente no hay opiniones de lectores. La calificación se basa en 2 votos.

Título original:

Economics in Antitrust Policy: Freedom to Compete vs. Freedom to Contract

Contenido del libro:

En el ámbito de la defensa de la competencia, las libertades de contratar y competir pueden contradecirse y de hecho lo hacen. Las empresas que maximizan sus beneficios desean mercados de insumos perfectamente competitivos para minimizar sus costes, pero quieren mercados monopolísticos para sus productos con el fin de maximizar sus beneficios. En consecuencia, tienen fuertes incentivos para socavar la competencia en sus mercados de producción. En un mundo sin leyes antimonopolio, muchas empresas eliminarían así la competencia haciendo uso de su libertad para contratar, ya sea celebrando acuerdos legalmente vinculantes que fijen los precios o repartan los mercados, o fusionándose y adquiriendo rivales para hacerse con el control del mercado. Por lo tanto, garantizar y salvaguardar la capacidad de las empresas para competir se hace a costa de restringir su libertad para contratar. Sin embargo, el papel del Estado en esta tarea es delicado: la propia intervención gubernamental limita necesariamente la libertad económica de los individuos y las empresas, y limitar la libertad de contratación también tiene efectos potencialmente perjudiciales sobre la actividad económica. Por lo tanto, la política antimonopolio debe encontrar el equilibrio adecuado entre las dos libertades de competencia y contrato, permitiendo que florezca la competencia al tiempo que se mantienen las libertades contractuales necesarias para el funcionamiento del mercado. Las políticas de EE.UU. y Europa solían proteger la competencia con normas per se, estableciendo límites claros a la libertad de contratar cuando interfería con la libertad de competir.

En las últimas décadas, las mejoras en el análisis económico proporcionaron dimensiones mensurables para la "competencia" a través de medidas como la eficiencia y el bienestar. Con estas nuevas y complejas herramientas económicas, el objetivo de una política antimonopolio se alejó de un mecanismo "indirecto" que proporcionaba y aplicaba un estricto marco de normas negativas per se dentro del cual se permitía que tuviera lugar el proceso competitivo. Las políticas actuales pretenden directamente promover el bienestar intentando "equilibrar" los efectos sobre el bienestar de las prácticas empresariales individuales, permitiendo contratos o fusiones con efectos benignos y prohibiendo contratos con efectos perjudiciales sobre el bienestar en potencialmente todos los casos. Estas ideas económicas han promovido una mejor comprensión del proceso competitivo y han contribuido a mejorar las normas antimonopolio. Sin embargo, en la aplicación real de las leyes antimonopolio, los recientes avances provocados por la influencia del análisis económico han tenido un impacto perjudicial en la política antimonopolio tanto en EE.UU. como en la UE. En primer lugar, aumentó la discrecionalidad de las autoridades de defensa de la competencia, reduciendo la seguridad jurídica de las empresas y aumentando la posibilidad de decisiones erróneas. En segundo lugar, incentivó a las empresas a malgastar recursos en actividades de búsqueda de rentas utilizando análisis económicos para demostrar eficiencias en investigaciones y litigios complicados y puntuales.

Y en tercer lugar, el uso predominante del análisis económico ha incrementado masivamente los costes de aplicación. Esta tesis es la primera que describe estos efectos negativos causados por la evolución reciente y demuestra que una política con limitaciones claras mediante normas per se propuestas sería superior, ya que eliminaría los efectos negativos ilustrados.