The Wounded Goddess: A Pursuit in the Iliad and After
Afrodita desciende para proteger a su hijo, el guerrero troyano Eneas, cuando Diomedes, del bando de los griegos, le hiere gravemente.
Diómedes ha sido animado por Atenea a atacar a Afrodita cada vez que la encuentra del lado de los troyanos. La persigue con la lanza en ristre y la lanza contra la mano que cobija a su hijo, causándole una herida de la que gotea sangre inmortal, el icor de los dioses.
A continuación, los versos de Homero en el Libro 5 de la Ilíada se interrumpen, o se anotan, durante unas líneas para explicar que los dioses no consumen alimentos ni bebidas terrenales y, por tanto, carecen de sangre y son inmortales. Este pasaje de ocho líneas de la Ilíada, y las dos líneas posteriores del libro que describen la curación de Afrodita por su madre Dione, son las únicas palabras de la epopeya de la guerra de Troya sobre la naturaleza física de los dioses y una de las pocas en las que un mortal ataca a una divinidad. Las palabras del original griego contienen mucha más información sobre el tema de la que proporciona una escueta traducción al español.
A lo largo de los siglos de comentarios y traducciones de la Ilíada a formas posthoméricas del griego, el latín y otras lenguas, se ha visto que estas palabras exponen el acecho y la violación, los componentes fundamentales de dioses y mortales, la fuerza y la maldición de un guerrero, las diferencias de sustento entre los seres vivos y la textura de las heridas y la curación en tiempos de guerra. Este libro es un cuaderno de viaje temporal de muchas traducciones a través de las vidas de los traductores y los tiempos en que vivieron, las mismas palabras transformadas y mutadas dentro del cristal coruscante de nuestra lengua común.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)