Democracy to Come: Politics as Relational Praxis
En este libro, Fred Dallmayr sienta las bases de una nueva concepción de la democracia. Sostiene que la democracia no es un sistema estable anclado en una autoridad manifiesta (como la monarquía), sino que se sustenta en el gobierno recóndito y puramente potencial del "pueblo".
De ahí que la democracia tenga que reinventarse constantemente, asemejándose teológicamente a una creatio continua. Como uno de los móviles de Calder, la democracia implica para él tres elementos básicos que deben equilibrarse constantemente: el pueblo, los líderes políticos y los objetivos políticos. Cuando se rompe este equilibrio, la democracia descarrila en populismo, bonapartismo o mesianismo.
Dada esta necesidad de equilibrio, la política democrática es básicamente una "praxis relacional". En nuestra era de globalización, la democracia no puede limitarse al ámbito nacional.
Dallmayr rechaza la idea de que pueda imponerse autocráticamente en el extranjero mediante un cambio forzoso de régimen, o de que el modelo occidental dominante pueda simplemente trasladarse a otro lugar. En este sentido, cuestiona la equiparación de la democracia con la búsqueda del interés individual o colectivo, insistiendo en que son posibles otras concepciones más éticas y en que las distintas sociedades deben alimentar la democracia con sus propios recursos culturales.
Aportando ejemplos, analiza los esfuerzos por construir la democracia en Oriente Medio, China e India (respectivamente con recursos islámicos, confucianos e hindúes). Al final, la esperanza de Dallmayr es una "democracia por venir", es decir, una comunidad cosmopolita gobernada no por la fuerza hegemónica sino por el espíritu de igualdad y respeto mutuo.
© Book1 Group - todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio no se puede copiar o usar, ni en parte ni en su totalidad, sin el permiso escrito del propietario.
Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)