Puntuación:
El libro explora la influencia de la Segunda Guerra Mundial en la identidad nacional de China y su papel global. Destaca las fuertes conexiones entre las experiencias bélicas de China y su asertividad contemporánea. La narración se centra en cómo la guerra moldeó el nacionalismo chino y su visión de la justicia y el orden en contextos tanto nacionales como internacionales.
Ventajas:El libro es elogiado por su minuciosa historiografía y su perspicaz análisis de cómo ha evolucionado la narrativa de la Segunda Guerra Mundial en China. Proporciona una comprensión detallada de la imagen que China tiene de sí misma y de sus aspiraciones en el mundo moderno, lo que lo hace valioso para quienes se interesan por las ambiciones globales de China.
Desventajas:Algunos críticos consideran que el libro es demasiado académico y se centra demasiado en el relato histórico de la Segunda Guerra Mundial en China, lo que puede resultar aburrido para los lectores que busquen perspectivas más amplias sobre el tema.
(basado en 3 opiniones de lectores)
China's Good War: How World War II Is Shaping a New Nationalism
Mejor libro del año de Foreign Affairs.
Libro del año de Spectator.
Los dirigentes chinos intentaron en su día suprimir los recuerdos de la brutal experiencia de su nación durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora celebran la "victoria", un fundamento clave del creciente nacionalismo chino.
Durante la mayor parte de su historia, la República Popular China limitó el debate público sobre la guerra contra Japón. Fue una experiencia de victimización, en la que Mao Zedong y Chiang Kai-shek lucharon por los mismos objetivos. Pero ahora, a medida que China se hace más poderosa, el significado de la guerra está cambiando. Rana Mitter sostiene que la reevaluación china de los años de la Segunda Guerra Mundial es fundamental para su nueva confianza en el exterior y para el creciente nacionalismo en el interior.
La Buena Guerra de China comienza con los académicos que llevaron el tema, antes tabú, a un discurso más amplio. Alentados por las reformas de Deng Xiaoping, investigaron el esfuerzo bélico del Guomindang, la colaboración con los japoneses y el papel de China en la formación del orden mundial posterior a 1945. Pero el interés por la guerra no se limitaría a las revistas académicas. En la actualidad, los lugares públicos de memoria, como museos, películas y programas de televisión, arte callejero, escritos populares y redes sociales, definen la guerra como un mito fundacional de una China ascendente. La China de la guerra emerge como vencedora y no como víctima.
La historia cambiante ha alimentado una serie de nuevos puntos de vista. Una de ellas rehabilita los esfuerzos bélicos de Chiang Kai-shek, minimizando los sangrientos conflictos entre él y Mao y tratando de curar las heridas de la Revolución Cultural. Otra narrativa sitúa a Pekín como creador y protector del orden internacional surgido de la guerra, un orden que, según China, se ve amenazado en la actualidad principalmente por Estados Unidos. La radical reevaluación por parte de China de su memoria colectiva de la guerra ha creado una nueva base para un pueblo destinado a dar forma al mundo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)