Puntuación:
El libro explora la naturaleza política del Tribunal Supremo y los comportamientos maquiavélicos de los jueces, presentando una perspectiva interesante aunque sesgada.
Ventajas:⬤ Escritura hábil
⬤ interesante visión de la dinámica política del SCOTUS
⬤ narrativa atractiva.
Se percibe un sesgo a favor de los jueces de izquierdas mientras se critica a los conservadores; refuerza el escepticismo sobre el proceso legal.
(basado en 1 opiniones de lectores)
Judge: 26 Machiavellian Lessons
No hay libro de estrategia política más canónico que El Príncipe de Nicolás Maquiavelo, pero pocos especialistas en ética aconsejarían a los responsables políticos que lo trataran como una biblia. Los elevados ideales de la ley, especialmente, parecen distantes de los valores que connota la palabra "maquiavélico", y se supone que los jueces trabajan por encima del ámbito de la política.
En El Juez, sin embargo, Ronald Collins y David Skover sostienen que Maquiavelo sí puede hablar a los jueces, y modelan su libro según El Príncipe. Resulta que el número de personas que piensan que los jueces en EE.UU. son apolíticos ha ido disminuyendo durante décadas.
Tanto liberales como conservadores critican habitualmente a sus oponentes ideológicos en el banquillo por actuar políticamente.
Algunas autoridades plantean incluso la imposibilidad de que haya jueces apolíticos y, de hecho, en muchos estados las elecciones judiciales son partidistas. Otros abogan por el nombramiento de jueces que se comprometan a ser árbitros desapasionados que se atengan a la letra de la ley.
Sin embargo, la mayoría de los juristas, independientemente de sus inclinaciones, parecen estar de acuerdo en que, a pesar del apoyo popular generalizado al ideal del juez apolítico, este ideal es mera fantasía. Este debate sobre jueces y política ha sido perenne en la historia de Estados Unidos, pero se intensificó en la década de 1980, cuando la administración Reagan trató de colocar a originalistas en el Tribunal Supremo. Desde entonces no ha cesado.
Ronald Collins y David Skover sostienen que el debate se ha vuelto rancio y circular, y abordan la cuestión de una forma audazmente imaginativa. En The Judge, nos piden que asumamos que los jueces son políticos y que necesitan asesoramiento sobre cómo ser actores políticos eficaces. Sus veintiséis capítulos siguen la estructura de El Príncipe, y cada uno de ellos ofrece consejos a los jueces sobre cómo avanzar de forma inteligente y sutil en sus objetivos políticos.
En esta visión maquiavélica, el derecho es inseparable de la realpolitik. Sin embargo, el objetivo de los autores no es defender esta visión fríamente realista de la judicatura.
Su objetivo último es identificar tanto a los realistas jurídicos como a los originalistas como lo que son: explícitamente políticos (aunque en extremos opuestos del espectro ideológico). Inspirándose en Maquiavelo, El Juez describe lo que los jueces realmente hacen, no lo que deberían hacer.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)