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El libro «Jerusalén crucificada, Jerusalén resucitada», del Dr. Mark Kinzer, presenta un examen teológico del significado de Jerusalén, el pueblo judío y las Escrituras hebreas en el contexto del cristianismo. Desafía los puntos de vista tradicionales sobre la teología de la sustitución y subraya la relevancia actual de la identidad judía y del judaísmo en la narrativa de Jesús y de la Iglesia primitiva.
Ventajas:** Argumentos provocativos y persuasivos apoyados en una cuidadosa exégesis de Lucas y Hechos. ** Anima a los lectores a reconsiderar el significado teológico del pueblo y las prácticas judías. ** Ofrece una nueva perspectiva sobre la relación entre Israel, la Iglesia y la narrativa bíblica. ** Bien informado sobre la erudición contemporánea, proporcionando una contribución significativa al discurso. ** Interesante tanto para cristianos como para judíos, ampliando potencialmente la comprensión de la vida y enseñanzas de Jesús.
Desventajas:** Requiere múltiples lecturas para una comprensión más profunda, lo que puede disuadir a algunos lectores. ** Algunas críticas con respecto a un retrato demasiado positivo de los fariseos y el judaísmo rabínico temprano. ** Surgen preguntas sobre la idoneidad del judaísmo para la salvación sin Jesús, que algunos pueden encontrar polémicas.
(basado en 5 opiniones de lectores)
Jerusalem Crucified, Jerusalem Risen
La buena nueva (euangelion) del Mesías crucificado y resucitado se proclamó primero a los judíos de Jerusalén y luego a los de toda la tierra de Israel. En Jerusalén crucificada, Jerusalén resucitada, Mark Kinzer sostiene que este público inicial y el entorno geográfico del euangelio son parte integrante del contenido escatológico del propio mensaje.
Aunque la buena nueva tiene un alcance universal y cósmico, nunca pierde su conexión particular con el pueblo judío, la ciudad de Jerusalén y la tierra de Israel. El Mesías crucificado participa en el futuro sufrimiento exílico de su pueblo y, mediante su resurrección, ofrece una prenda de la próxima redención de Jerusalén.
Basando su argumentación en una lectura de los Hechos de los Apóstoles y del Evangelio de Lucas, Kinzer propone que el mensaje bíblico exige que sus intérpretes reflexionen teológicamente sobre los acontecimientos de la historia postbíblica. En este contexto, considera la aparición temprana del judaísmo rabínico y el fenómeno mucho más tardío del sionismo, ofreciendo una perspectiva teológica de estos acontecimientos históricos que tiene raíces bíblicas, está atenta a la tradición judía y cristiana, y es minimalista en las restricciones teológicas que impone a la resolución justa del conflicto político en Oriente Medio.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)