Iron Man contra el Capitán América y la filosofía

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Título original:

Iron Man vs. Captain America and Philosophy

Contenido del libro:

¿Iron Man o el Capitán América? ¿Cuál es superior como héroe, como modelo o como personificación de la virtud americana? Filósofos de distintos bandos se reúnen en Iron Man contra el Capitán América para debatir estas cuestiones y llegar a una comprensión más profunda de los puntos fuertes y débiles de estos icónicos personajes. La discusión abarca la política, la religión, la ética, la psicología y la metafísica.

John Altmann sostiene que el patriotismo reflexivo del Capitán América es superior al individualismo-cosmopolitismo de Iron Man. Matthew William Brake también vota a favor del Capi, sosteniendo que es su capacidad de creer en lo imposible lo que le convierte en un héroe, y al final, es reivindicado.

Cole Bowman investiga la naturaleza de la amistad dentro del equipo de los Vengadores, centrándose predominantemente en las implicaciones políticas y sociales de cada bando de la Guerra Civil cuando los Vengadores se ven obligados a elegir entre Stark y Rogers. Según la Política de la amistad de Derrida, el Capi es el mejor amigo, ¡pero eso no le convierte en el ganador!

El capítulo de Aron Ericson sigue la trayectoria de nuestros héroes en las películas, culminando con Civil War, donde se invierten las actitudes originales de Tony (confía sólo en sí mismo) y Steve (confía en «el sistema»).

El capítulo de Corey Horn se centra en una de las muchas tensiones entre los bandos de Iron Man y el Capitán América: el bando de la Seguridad (Iron Man) frente al de la Libertad (Capi). Pero Maxwell Henderson sostiene que si profundizamos en el verdadero meollo de la Guerra Civil de Marvel, en realidad no se trata de seguridad o privacidad, sino más bien de utilitarismo: lo que es mejor para todos. Henderson explica por qué Iron Man estaba equivocado sobre lo que era mejor para todos y revela lo que el filósofo Derek Parfit tiene que decir sobre la evaluación de la sociedad desde esta perspectiva. Daniel Malloy explica que, aunque tanto el Capitán América como Iron Man se han enfrentado a reveses, sólo Iron Man ha fracasado en su intento de ser un héroe, ¡y eso le convierte en el mejor héroe! En su otro capítulo, Malloy muestra que mientras Iron Man confía en la tecnología y los sistemas, el Capitán América confía en las personas. Jacob Thomas May explora la pérdida desde el punto de vista de los dos héroes y explica por qué las pérdidas más trágicas sufridas por Stark le convierten claramente en el mejor héroe y en la mejor persona.

Louis Melancon analiza cómo el Capitán América y Iron Man encarnan cada uno facetas clave de los intentos estadounidenses de librar guerras: mediante el desgaste y la profilaxis de la tecnología; ninguno resuelve satisfactoriamente los conflictos y el ciclo de violencia continúa. Clara Nisley pone a prueba las obligaciones morales del Capitán América y de Iron Man para con los Vengadores y su relación compartida, estableciendo las obligaciones asociativas del Capitán América que no se extienden al arbitraje y la protección de los humanos que defiende Iron Man.

Fernando Pagnoni Berns considera que mientras Iron Man está demasiado apegado a su tiempo (y al pensamiento que lo acompaña), el Capitán América abraza los valores históricos y piensa que existen cosas como la dignidad y los derechos humanos intrínsecos, un imperativo ético. Christophe Porot afirma que la verdadera diferencia entre el Capitán América y Iron Man radica en las distintas formas en que extienden sus mentes. El Capitán extiende su mente socialmente, mientras que Stark lo hace a través de la tecnología. Heidi Samuelson sostiene que el verdadero espíritu americano no consiste en plantar cara a los matones, sino que surge de las tradiciones interesadas del capitalismo liberal, razón por la cual el multimillonario Tony Stark, antiguo gigante de la industria armamentística, es en última instancia un símbolo americano más apropiado que Steve Rogers. Por el contrario, Jeffrey Ewing muestra que el núcleo de Capitán América: Civil War se centra en el desafío que las superpotencias imponen a la soberanía estatal (y al monopolio de la coerción que ello implica).

Nicol Smith opina que el enfrentamiento del Capi y Cabeza de Concha durante la Guerra Civil no se reduce necesariamente a la cuestión de la libertad frente a la regulación, sino que se deriva más bien de la posibilidad de que ambos héroes icónicos sean aspirantes políticos e ideológicos a reglas supremas o «Leviatanes». Craig Van Pelt reconstruye un debate entre el Capitán América y Iron Man sobre si los robots pueden llegar a tener valores morales objetivos, porque los prejuicios humanos pueden influir en el diseño y la programación.

James Holt examina la naturaleza de Dios en el mundo del Capitán América y en qué medida se inspira en la «vida anterior» del Capitán Steve Rogers. La investigación de Holt se centra en el Dios de Moisés en la zarza ardiente, en contraste con la concepción de la religión de David Hume. Gerald Browning examina a nuestros dos héroes en una comparación con los dioses griegos Hefesto y Hércules. Christopher Ketcham supone que, con la avutarda amarilla causando estragos en la Tierra, Dios pide a Tomás de Aquino que utilice su proceso lógico de la Suma Teológica para averiguar cuál de los dos superhéroes sería mejor para arreglar una crisis económica, y cuál para evitar una guerra.

Rob Luzecky y Charlene Elsby sostienen que los dioses no pueden ser héroes y, por tanto, que los miembros de los Vengadores que parecen dioses (Iron Man, con la inteligencia de un dios; Thor, con la fuerza de un dios, y Hulk, con la ira de un dios) no son verdaderos héroes en el mismo sentido que el Capitán América. El Capitán es como el Sísifo de Albert Camus, heroico en la medida en que se une contra entidades abstractas como los dioses y el gobierno.