Informe sobre los Países Menos Adelantados 2020: Capacidades productivas para la nueva década

Título original:

The Least Developed Countries Report 2020: Productive Capacities for the New Decade

Contenido del libro:

Los PMA se han librado hasta ahora de los peores efectos de la emergencia sanitaria, pero las secuelas de la COVID-19 han hecho mella en sus economías, amenazando con hacer retroceder los avances hacia el desarrollo sostenible, empeorando las desigualdades arraigadas y, posiblemente, provocando daños a largo plazo. La crisis actual ha vuelto a poner en primer plano el papel fundamental de las capacidades productivas para la resiliencia ante las crisis, así como para una recuperación y un desarrollo sostenibles e integradores.

La ampliación y plena utilización de las capacidades productivas de los PMA sigue siendo fundamental para mejorar su estructura económica, reducir sus diferencias de desarrollo con respecto a otros países (no sólo desarrollados, sino también en desarrollo) y evitar nuevas divergencias. Sólo un puñado de PMA ha mostrado un progreso sostenido en los últimos años, gracias a que han logrado estimular la adquisición de capacidades productivas y desviar importantes recursos hacia actividades de mayor productividad. La mayoría de los PMA, por el contrario, han avanzado a un ritmo cada vez más lento, o incluso se han quedado rezagados.

En los PMA, la asimilación de tecnologías avanzadas es aún incipiente y se ve obstaculizada por una serie de factores, desde antiguas carencias infraestructurales hasta escasez de personal cualificado y consideraciones políticas. Unas políticas audaces y concertadas para reforzar las capacidades productivas de los PMA son más imperativas que nunca y deberían constituir un pilar fundamental de cualquier estrategia de recuperación y desarrollo sostenibles.

Más allá de las políticas anticíclicas para amortiguar el impacto de la crisis, esto exige: (i) un impulso a la inversión para corregir las lagunas infraestructurales de larga data y apoyar una creación de empleo más amplia; (ii) marcos políticos de ciencia, tecnología e innovación orientados al futuro para mejorar la base de cualificaciones en consonancia con las necesidades del mercado; (iii) políticas industriales y sectoriales valientes para promover la adición de valor nacional y profundizar los vínculos productivos. La comunidad internacional debería desempeñar su papel, apoyando los esfuerzos de los PMA con recursos financieros adecuados, un espacio político apropiado y medidas de apoyo internacional más eficaces, especialmente en el ámbito de la transferencia de tecnología.