Hombres que cosechamos

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Título original:

Men We Reaped

Contenido del libro:

Nombrado uno de los mejores libros del siglo por la revista New York Magazine.

Jesmyn Ward, ganadora de dos premios National Book Award ( Salvage the Bones, Sing, Unburied, Sing ), se enfrenta a la muerte de cinco jóvenes muy queridos por ella y al riesgo de ser negro en el Sur rural.

"Vimos los relámpagos y eso fueron las armas; y luego oímos los truenos y eso fueron las grandes armas; y luego oímos caer la lluvia y eso fue la sangre que cayó; y cuando fuimos a recoger las cosechas, lo que cosechamos fueron hombres muertos". --Harriet Tubman.

En cinco años, Jesmyn Ward perdió a cinco jóvenes: por las drogas, los accidentes, el suicidio y la mala suerte que puede perseguir a las personas que viven en la pobreza, especialmente a los hombres negros. Enfrentarse a estas pérdidas, una tras otra, hizo que Jesmyn se hiciera la pregunta: ¿Por qué? Y cuando empezó a escribir sobre la experiencia de vivir entre tanta muerte, se dio cuenta de la verdad, y se quedó sin aliento. Su hermano y sus amigos murieron por ser quienes eran y de dónde venían, por vivir con una historia de racismo y lucha económica que fomentó la drogadicción y la disolución de la familia y las relaciones. Jesmyn dice que la respuesta era tan obvia que se sintió estúpida por no haberla visto. Pero le dio vueltas hasta que supo que tenía que escribir sobre su comunidad, escribir sus historias y las suyas propias.

Jesmyn creció en la pobreza en la zona rural de Mississippi. Escribe con fuerza sobre las presiones que esto conlleva, sobre los hombres que no pueden hacer nada bien y las mujeres que sustituyen a la familia en una sociedad en la que los hombres suelen estar ausentes. Cuenta su historia con valentía, repasando las angustiosas pérdidas de su único hermano y de sus amigos. Como único miembro de su familia que abandonó el hogar para cursar estudios superiores, escribe sobre este universo americano paralelo con la objetividad que proporciona la distancia y la intimidad de la más absoluta familiaridad. Las memorias de Jesmyn Ward, un mundo brutal retratado con gran belleza, se situarán cómodamente junto a Hermano, me estoy muriendo, de Edwidge Danticat, La vida de este chico, de Tobias Wolff, y Sé por qué canta el pájaro enjaulado, de Maya Angelou.