Historia y futuro de la bioética: Una visión sociológica

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Título original:

The History and Future of Bioethics: A Sociological View

Contenido del libro:

Parece que cada día la sociedad se enfrenta a un nuevo reto ético planteado por una innovación científica. La ingeniería genética humana, la investigación con células madre, el trasplante de cara, la biología sintética... todo era ciencia ficción hace sólo unas décadas, pero ahora es una realidad. ¿Cómo decidimos como sociedad si estas tecnologías son éticas? Durante décadas, los bioeticistas profesionales han actuado como mediadores entre un público atareado y los responsables de la toma de decisiones, ayudando a la gente a entender sus propias preocupaciones éticas, enmarcando los argumentos, desacreditando las afirmaciones ilógicas y apoyando las prometedoras. Estos bioeticistas desempeñan un papel decisivo a la hora de orientar las decisiones políticas éticas de los gobiernos, asesorar a hospitales que se enfrentan a decisiones vitales y aconsejar a instituciones que investigan con seres humanos.

Aunque la profesión bioética ha funcionado eficazmente durante muchos años, ahora está en crisis. Los responsables políticos son menos proclives a seguir el consejo de los profesionales de la bioética, y muchos observadores afirman que los debates sobre bioética se han convertido simplemente en política partidista con duelos entre bioéticos demócratas y republicanos. Aunque esta crisis se circunscribe a la tarea de recomendar políticas éticas al gobierno, existe el riesgo de que se extienda a las demás tareas que realizan los bioeticistas.

Para entender cómo se produjo esta crisis y llegar a una solución, John H. Evans examina detenidamente la historia de la profesión bioética. En un principio, los debates sobre bioética estaban dominados por teólogos, pero pasaron a estarlo por la emergente profesión bioética debido a la sutil y lenta implicación del gobierno como principal consumidor de argumentos bioéticos. Sin embargo, a partir de la década de 1980, las opiniones del gobierno cambiaron, restando legitimidad a los argumentos bioéticos. Explorando los procesos sociológicos que condujeron a la evolución de la bioética hasta donde se encuentra hoy, Evans propone una solución radical a la crisis. Los bioeticistas deben renunciar a sus funciones no esenciales, cambiar su forma de argumentar éticamente y dar pasos conscientes y explícitos para restablecer la legitimidad de la profesión como mediadora entre el público y los responsables gubernamentales.