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El libro «Grooming, Gossip, and the Evolution of Language», de Robin Dunbar, explora la evolución del lenguaje y su papel en la creación de vínculos sociales, postulando que el lenguaje se desarrolló como sustituto del acicalamiento en los grandes grupos humanos. Las teorías de la autora están bien sustentadas por datos y proporcionan explicaciones perspicaces sobre el comportamiento humano, la comunicación y la dinámica de los grupos sociales.
Ventajas:⬤ Su estilo informativo y atractivo
⬤ presenta teorías innovadoras apoyadas en datos científicos
⬤ ofrece una perspectiva única sobre la evolución del lenguaje humano y el comportamiento social
⬤ proporciona ideas prácticas sobre la dinámica y la organización de grupos
⬤ cubre una amplia gama de temas relacionados con el lenguaje, la psicología y la evolución
⬤ incluye anécdotas y observaciones interesantes tanto del comportamiento de los primates como de la sociedad humana.
⬤ Algunos reseñadores consideraron que se hacía excesivo hincapié en el acicalamiento
⬤ críticas sobre la desestimación de teorías alternativas relativas al origen del lenguaje
⬤ se percibe petulancia al desestimar opiniones contrarias
⬤ algunos argumentos pueden parecer especulativos sin pruebas definitivas
⬤ unos pocos lectores señalaron que el título podía inducir a error respecto al contenido del libro.
(basado en 25 opiniones de lectores)
Grooming, Gossip, and the Evolution of Language
Qué cerebro tan grande tenemos para tanta cháchara. Es un enigma evolutivo que por fin cobra sentido en este intrigante libro sobre lo que los cotilleos han hecho por nuestra habladora especie. La psicóloga Robin Dunbar considera el cotilleo como un instrumento de orden y cohesión social, muy parecido al interminable acicalamiento con el que nuestros primos primates cuidan sus relaciones sociales.
Los simios y los monos, los parientes más cercanos de la humanidad, difieren de otros animales en la intensidad de estas relaciones. Su acicalamiento no tiene tanto que ver con la higiene como con estrechar lazos, hacer amigos e influir en sus congéneres. Pero para los primeros humanos, el acicalamiento como medio de éxito social planteaba un problema: dados sus grandes grupos sociales de unos 150 miembros, nuestros primeros antepasados habrían tenido que dedicar casi la mitad de su tiempo a acicalarse unos a otros, una carga imposible. Lo que Dunbar sugiere -y su investigación, ya sea en el ámbito de la primatología o en el del cotilleo, confirma- es que los humanos desarrollaron el lenguaje para servir al mismo propósito, pero de forma mucho más eficiente. Parece que no hay nada de ocioso en la charla, que mantiene unido a un grupo diverso y dinámico, ya sea de cazadores-recolectores, soldados o compañeros de trabajo.
Los antropólogos han supuesto durante mucho tiempo que el lenguaje se desarrolló en las relaciones entre varones durante actividades como la caza. Los originales e interesantísimos estudios de Dunbar sugieren lo contrario: que, de hecho, el lenguaje evolucionó en respuesta a nuestra necesidad de mantenernos al día con amigos y familiares. Necesitábamos la conversación para mantenernos en contacto, y seguimos necesitándola de un modo que no satisfarán las teleconferencias, el correo electrónico ni ninguna otra tecnología de la comunicación. Como demuestra Dunbar, el mundo impersonal del ciberespacio no satisfará nuestra necesidad primordial de contacto cara a cara.
Grooming, Gossip, and the Evolution of Language ofrece una visión provocadora de lo que nos hace humanos, lo que nos mantiene unidos y lo que nos separa.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)