Exposición de Primera de Juan

Título original:

An Exposition of First John

Contenido del libro:

Este comentario no sólo es doctrinalmente sólido, sino que es especialmente fácil de leer y comprender, añadiendo gracia y conocimiento al lector. Sobre el versículo uno, explica que "desde el principio" es el más alto de los principios, 'a saber, desde el principio de la eternidad -que, al carecer de principio, implica que Él era antes de todos los principios.

Y porque no puede haber dos eternos, sino un eterno, que es Dios; por lo tanto, Cristo también es eterno, Dios con el Padre y el Espíritu Santo" En cuanto a la propiciación, ' 'el hombre puede ser un medio de reconciliación sin satisfacción por el mal cometido. Ahora bien, Cristo hizo satisfacción por nuestros pecados (Heb. 3:17); y para hacer satisfacción, ofreció un sacrificio satisfactorio por nuestros pecados (1 Ped.

2:24).

Puesto que Él cargó con el pecado y el castigo debido a él, es tanto como si lo hubiéramos hecho nosotros". Cristo se encargó de reconciliar a Dios con nosotros, de modo que su ira se apartó de nosotros y nos devolvió el favor" (Col.

1:21). En otro tiempo fuimos amigos de Dios en el Paraíso, y caímos de él y de su favor; Cristo ha venido y ha reparado la brecha y nos ha reconciliado de nuevo". 3,23: "¿Por qué es tan necesaria la fe? La fe hace nuestras personas aceptables a Dios; la fe purifica el corazón; la fe provee al corazón de gracias que hacen nuestras oraciones amables.

Hay cuatro gracias necesarias en la oración, y todas son obradas por la fe: 1. La fe produce reverencia a Dios. 2.

2. La fe engendra en nosotros humildad.

3. 3. La fe produce fervor y seriedad de espíritu.

4.

La fe obra en nosotros una santa confianza en que lo que pedimos a Dios, sin duda lo concederá''. En estilo puritano, Cotton da la explicación, la doctrina y los usos del versículo, junto con su contexto. La letra es grande, abunda el espacio en blanco y las palabras son de construcción sencilla.

"Observé en el conjunto un matrimonio tan bendito entre la piedad y el arte, una condescendencia tan dulce con las capacidades más mezquinas, un tratamiento tan espiritual de las verdades espirituales y unos descubrimientos tan claros del estado de la naturaleza y del estado de gracia, que (aunque la obra no hubiera llevado el nombre de Cotton) no pude sino concluir que el autor era un obrero que no necesitaba avergonzarse". (Prólogo de Roger Drake)