Puntuación:
El libro ofrece una exploración profunda de la no-representación en la teoría psicoanalítica, proporcionando valiosas ideas para los clínicos. Es intelectualmente atractivo y combina conceptos teóricos con ejemplos clínicos prácticos, lo que lo convierte en una contribución significativa a la literatura psicoanalítica.
Ventajas:⬤ Ensayos intelectualmente accesibles que abordan situaciones clínicas complejas
⬤ proporciona una comprensión profunda de la no representación
⬤ integra ideas teóricas con aplicaciones prácticas
⬤ escritura erudita y que invita a la reflexión
⬤ un recurso valioso para clínicos y psicoanalistas avanzados.
⬤ El material puede suponer un reto para quienes no tengan una sólida formación teórica
⬤ el estilo de escritura puede no gustar a todo el mundo
⬤ puede no ser adecuado para lectores ocasionales.
(basado en 5 opiniones de lectores)
Unrepresented States and the Construction of Meaning: Clinical and Theoretical Contributions
En las últimas décadas, el campo analítico ha ampliado considerablemente su alcance. Un número cada vez mayor de analistas considera que la tarea terapéutica requiere que el paciente y el analista trabajen juntos para fortalecer o crear una estructura psíquica que antes era débil, inexistente o funcionalmente inoperante. Este punto de vista, que puede aplicarse a todos los pacientes, pero que es especialmente relevante para el tratamiento de pacientes y estados mentales no neuróticos, contrasta fuertemente con la suposición más tradicional de que la tarea terapéutica implica el descubrimiento de la dimensión inconsciente de una formación de compromiso patológico presente que mantiene esclavizado a un yo potencialmente sano.
El contraste sobre el que llama la atención este libro es el que existe a grandes rasgos entre las formulaciones de la estructura y el funcionamiento psíquicos que en su día se supusieron suficientemente bien explicadas por las hipótesis de la teoría topográfica de Freud y las que no. Las primeras tienen como modelo la neurosis y la interpretación de los sueños, donde se suponía que los conflictos entre deseos relativamente bien definidos (saturados) y representados psíquicamente operaban bajo la égida del principio placer-desplacer. Los segundos implican un nivel diferente de funcionamiento y registro psíquicos, más estrechamente asociado a traumas psíquicos preverbales y/o masivos, así como a estados mentales primitivos. Funciona "más allá del principio del placer". De forma complementaria, la teorización psicoanalítica ha empezado a pasar de concebir exclusiva o predominantemente un universo de presencias, olvidadas, ocultas o disfrazadas, pero ahí para el hallazgo, a un universo negativo de vacíos en el que la creación de la estructura faltante, a la que a menudo se hace referencia con la designación metapsicológica freudiana, representación, se convierte necesariamente en parte de la cura.
Independientemente de cómo se conceptualice psicoanalíticamente, la representación es la culminación de un proceso a través del cual el impulso y el contenido, y en circunstancias favorables las versiones disfrazadas de la parte del contenido que es inconsciente, deben vincularse. Es un término con raíces históricas en la metapsicología de Freud, y su uso psicoanalítico remite a esa tradición y dominio teórico. No debe confundirse con la forma en que este término u otros similares se utilizan en otras disciplinas -por ejemplo, el desarrollo infantil o la neurociencia- ni deben malinterpretarse las referencias a su ausencia como si implicaran necesariamente la ausencia total de algún tipo de registro o inscripción en "el ser", es decir, la psique o el soma, del individuo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)