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Escape from the Land of Snows narra la apasionante huida del 14º Dalai Lama del Tíbet ocupado por China en 1959, mezclando la historia personal del Dalai Lama con el trasfondo histórico y político de la época. El libro ha sido elogiado por su atractivo estilo narrativo y la profundidad de su investigación, aunque algunos lectores critican su precisión histórica y la falta de citas adecuadas.
Ventajas:** Una narración apasionante y cautivadora que se lee como una novela. ** Bien documentado, con numerosas entrevistas y relatos de primera mano. ** Ofrece una visión profunda de la cultura tibetana y del contexto histórico que rodeó la huida del Dalai Lama. ** Destaca el valor y la resistencia de los tibetanos durante la invasión china. ** Narraciones descriptivas que dan vida a los personajes y los acontecimientos.
Desventajas:** Falta de citas formales, que algunos lectores consideran que socava la autenticidad. ** Algunas inexactitudes históricas y descuidos (por ejemplo, caracterización errónea de la historia de Mongolia). ** La redacción puede ser desigual, con algunas secciones que parecen secas o menos pulidas. ** El retrato de las perspectivas chinas es a menudo visto como unilateral. ** Algunos lectores deseaban una exploración más profunda de los pensamientos y motivaciones del Dalai Lama.
(basado en 35 opiniones de lectores)
Escape from the Land of Snows: The Young Dalai Lama's Harrowing Flight to Freedom and the Making of a Spiritual Hero
La noche del 17 de marzo de 1959, mientras el pueblo del Tíbet se preparaba para una violenta toma del poder por parte de los ocupantes chinos, que acabaría para siempre con cualquier vestigio de soberanía nacional, el Dalai Lama, de 24 años, líder político y espiritual del Tíbet, contemplaba lo imposible. La tarea que tenía ante sí era inmensa: burlar el cordón de tropas chinas que rodeaba su palacio de verano y, con una escolta de 300 hombres, atravesar el terreno más elevado del mundo y los traicioneros pasos del Himalaya hasta alcanzar la libertad, un paso por delante de los soldados chinos que le perseguían.
Mao Zedung, el despiadado dictador comunista chino, había depositado sus esperanzas de lograr la sumisión total del Tíbet en el control del impresionable Dalai Lama. Tan querido era el joven gobernante -tan identificado con la esencia de su país- que para él escapar podría significar la resistencia perpetua de una población poco dispuesta a tolerar una ocupación cada vez más brutal. Los guardianes del Dalai Lama avisaron a los rebeldes tibetanos y a los guerrilleros entrenados por la CIA que esperaban en la ruta: Su Santidad debe escapar, cueste lo que cueste.
En muchos sentidos, el 14º Dalai Lama, Tenzin Gyatso, no estaba preparado para el épico viaje que le esperaba. Veintidós años antes, grupos de búsqueda del gobierno, guiados por profecías y presagios, habían llegado al humilde hogar campesino del niño y lo habían sometido a una serie de pruebas. Tras ser declarado la reencarnación del anterior gobernante del Tíbet, el niño fue trasladado a Lhasa para aprender los secretos del budismo y los caminos del poder supremo. Durante las dos décadas que siguieron, se vio obligado a enfrentarse a una soledad atroz y a rituales a menudo asfixiantes, así como a reprimir su traviesa personalidad. Pero ningún otro Dalai Lama se había enfrentado a un millón de soldados comunistas chinos empeñados en acabar con la libertad tibetana.
Para mantener vivo el sueño de independencia de su país mediante un gobierno en el exilio, el joven gobernante no sólo tendría que enfrentarse a batallones de soldados enemigos y a las condiciones de nieve blanca que aguardaban en las laderas de los picos más altos del Himalaya, sino que tendría que superar otro tipo de ceguera: la ingenuidad intrínseca a su protegida vida en palacio y a su posición como líder de un pueblo que consideraba la violencia un profundo tabú.
Decidido, el joven Dalai Lama emprendió su audaz viaje a la India mientras a sus espaldas un ejército chino arrollaba Lhasa, con sus patrullas de cazadores de avanzada en feroz persecución del hombre que más codiciaban. La huida del 14º fue un acto de audacia y desafío que representaba la última esperanza del Tíbet, y así el mundo contempló, paralizado, cómo se desarrollaba el viaje del apacible monje.
Fuga del país de las nieves es, al mismo tiempo, un retrato de los habitantes de una nación espiritual obligados a tomar las armas en defensa de sus ideales, y la saga de un gobernante inicialmente infantil que al principio vestía incómodo su túnica de monje, pero que finalmente se transformó con su huida en la figura imponente que el mundo conoce hoy: un carismático paladín del librepensamiento y la compasión universal.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)