Eruditos, santos y pecadores: las historias de algunos de los clérigos más idiosincrásicos de Norfolk del siglo XIX y principios del XX

Título original:

Scholars, Saints and Sinners: the stories of some of Norfolk's more idiosyncratic clergy of the 19th and early 20th centuries

Contenido del libro:

En una época en la que había quizá tres o cuatro párrocos atendiendo una zona, que hoy puede tener sólo uno, algunos clérigos de Norfolk se encontraron con que disponían de mucho tiempo libre. El uso que hacían de ese tiempo dependía de sus propias inclinaciones.

Augustus Jessopp y Whitwell Elwin de Booton se hicieron muy conocidos en los círculos literarios. Walter Marcon disfrutaba de su pasión por el ciclismo mientras reconstruía la iglesia de Edgefield, Joseph Brereton fue un destacado reformador educativo, mientras que el excéntrico Harold Davidson de Stiffkey afirmaba haber dedicado su ministerio a la salvación de las prostitutas londinenses, un enfoque que finalmente resultó en su expulsión del sacerdocio en un caso notorio, cuya equidad sigue siendo objeto de debate hoy en día. George Smith, nacido en Norfolk, emigró a Sudáfrica y se convirtió en uno de los héroes de Rorke's Drift.

Algunos no fueron tan ejemplares. Thomas Berney, que había recurrido con éxito una sentencia judicial por haber "solicitado la castidad" tanto de la esposa como de la cuñada de un clérigo vecino, se convirtió en un fanático de la justicia, entablando una serie de extrañas acciones, para irritación del tribunal, al tiempo que escribía panfletos extremadamente excéntricos, en gran parte influidos por su francofobia.

Edmund Holmes, sospechoso del intento de violación de una joven sufrió una sorprendente transformación en un psiquiátrico, pasando de interno a capellán en cuestión de semanas, mientras que el extraordinario Arthur Loftus reclutaba a su criada y a su cocinera en un burdel local, compartiendo sus servicios menos domésticos indiscriminadamente con su criado. El supuestamente fratricida lord Frederick Townshend, el agricultor Thomas Munnings, el que iba a ser misionero indio Frank Lillingston y el corto de entendederas Augustus Beevor completan esta colección de las historias de algunos de los idiosincrásicos clérigos de Norfolk.