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In a Post-Hegelian Spirit: Philosophical Theology as Idealistic Discontent
Gary Dorrien expone en este libro la filosofía religiosa que subyace en sus numerosos libros magistrales sobre teología moderna, ética social y filosofía política. Su posición constructiva es liberal-liberacionista y post-hegeliana, reflejo de sus muchos años de activismo por la justicia social y de lo que él llama «mi danza con Hegel». Hegel, argumenta, rompió los supuestos más mortíferos del pensamiento occidental al concebir el ser como devenir y la conciencia como la relación social-subjetiva del espíritu consigo mismo; sin embargo, sus concepciones eurocéntricas blancas estaban grotescamente infladas incluso para los estándares de su época. Dorrien hace hincapié en las dos caras de este legado hegeliano, y sostiene que es necesario excavar y refutar mucho para recuperar las partes de Hegel que siguen siendo importantes para el pensamiento religioso.
Destilando su característico argumento sobre el papel del idealismo postkantiano en el pensamiento cristiano moderno, Dorrien da forma a una forma liberacionista de idealismo religioso: una filosofía religiosa que es simultáneamente hegeliana -ya que expone una idea fluida, holística, abierta, intersubjetiva, ambigua, trágica y reconciliadora de la revelación- y posthegeliana, ya que rechaza los profundos defectos del pensamiento de Hegel. Dorrien utiliza a Kant, Schleiermacher y Hegel como fundamento de su argumento sobre la intuición intelectual y el poder creativo de la subjetividad. Tras analizar las críticas a Hegel de S ren Kierkegaard, Karl Marx, Karl Barth y Emmanuel Levinas, Dorrien sostiene que, aunque estas figuras monumentales fueron penetrantes en sus valoraciones, parecen unilaterales en comparación con Hegel. En un espíritu poshegeliano se compromete además con la tradición idealista personal fundada por Borden Parker Bowne, la tradición procesual fundada por Alfred North Whitehead y las audaces contribuciones culturales de Paul Tillich, W. E. B. Du Bois, Martin Luther King Jr., Rosemary Radford Ruether, David Tracy, Peter Hodgson, Edward Farley, Catherine Keller y Monica Coleman.
Dorrien defiende que Hegel puede interpretarse legítimamente de seis maneras distintas y que la mejor interpretación es la de un filósofo del amor que desarrolló una teodicea cristiana del amor divino. Hegel expuso una teodicea procesual en la que Dios salva lo que se puede salvar de la historia, incluso cuando su trágico sentido de la carnicería de la historia es profundo y perdura en el Calvario.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)