En los días del cometa

Opiniones de los lectores

Las reseñas de «En los días del cometa» revelan una mezcla de aprecio por su profundidad filosófica y críticas por su extensión y temas políticos. Mientras que algunos lectores encuentran convincentes los aspectos alegóricos y transformadores de la novela, otros se sienten desalentados por su agenda socialista y su ritmo lento.

⬤ Temas que invitan a la reflexión sobre la compasión y el cambio social.
⬤ Hermosa e impactante escritura por partes.
⬤ Atractiva exploración de críticas sociales históricas.
⬤ Ofrece una visión única de las posibilidades futuras en comparación con las típicas narrativas distópicas.
⬤ Interesante perspectiva sobre la condición humana y la ilustración.

⬤ El ritmo lento y la descripción excesiva pueden restar valor a la experiencia de lectura.
⬤ Los fuertes temas socialistas pueden alienar a algunos lectores.
⬤ Algunos encuentran la trama repetitiva o derivativa.
⬤ Los personajes pueden carecer de simpatía o profundidad.
⬤ No apto para lectores jóvenes por su temática madura.

(basado en 36 opiniones de lectores)

Título original:

In the Days of the Comet

Contenido del libro:

VÍ a un hombre canoso, una figura de edad avanzada, sentado ante un escritorio y escribiendo. Parecía estar en una habitación de una torre, muy alta, de modo que a través de la alta ventana de su izquierda sólo se percibían distancias, un remoto horizonte de mar, un promontorio y esa vaga bruma y brillo en la puesta de sol que a muchas millas de distancia marca una ciudad.

Todos los elementos de esta habitación eran ordenados y hermosos, y en alguna sutil cualidad, en esta pequeña diferencia y en aquella otra, nuevos para mí y extraños. No seguían ninguna moda que yo pudiera nombrar, y el sencillo traje que llevaba el hombre no sugería ni época ni país. Pensé que podría tratarse del Futuro Feliz, o de Utopía, o del País de los Sueños Sencillos: una mota errante de memoria, la frase y la historia de Henry James sobre «El Gran Buen Lugar», centelleó en mi mente, pasó y no dejó ninguna luz.

El hombre que vi escribía con algo parecido a una pluma estilográfica, un toque moderno que prohibía cualquier retrospección histórica, y a medida que terminaba cada hoja, escribiendo con una mano que fluía con facilidad, la añadía a una pila creciente sobre una elegante mesita bajo la ventana. Sus últimas hojas estaban sueltas, cubriendo en parte otras que habían sido recortadas en fascículos.