Puntuación:
Las reseñas de «The Voyage Out» de Virginia Woolf reflejan opiniones muy diversas, desde el profundo aprecio hasta la frustración. Muchos lectores elogian la prosa de Woolf por su belleza y elocuencia, destacando su estilo lírico y su capacidad para crear personajes vívidos y explorar temas profundos. Sin embargo, otros critican la novela por su ritmo lento y su falta de acción, describiéndola como aburrida y difícil de seguir. Algunos lectores expresan una clara división en la recepción del libro; mientras que algunos aprecian su profundidad temática y la exploración de los personajes, otros lo encuentran tedioso y carente de una trama convincente.
Ventajas:⬤ Prosa bella y lírica.
⬤ Profunda exploración de temas como el género, el matrimonio y el crecimiento personal.
⬤ Vivid character portrayal.
⬤ Ofrece una nueva perspectiva de los primeros trabajos de Woolf.
⬤ Algunos lectores encuentran que proporciona una valiosa visión de la experiencia humana.
⬤ El ritmo lento y la falta de acción pueden hacerlo aburrido para algunos lectores.
⬤ Los personajes pueden no ser lo suficientemente distintos, llevando a confusión.
⬤ Algunos críticos lo consideran tedioso y repetitivo.
⬤ Algunas ediciones presentan problemas de calidad, como un OCR deficiente y texto faltante.
⬤ Puede que no resulte atractivo para quienes buscan una narrativa centrada en la trama.
(basado en 76 opiniones de lectores)
The Voyage Out
Como las calles que van del Strand al Embankment son muy estrechas, es mejor no caminar por ellas tomados del brazo. Si insistes, los abogados tendrán que dar saltos en el barro; las jóvenes mecanógrafas tendrán que moverse nerviosamente detrás de ti.
En las calles de Londres, donde la belleza pasa desapercibida, la excentricidad debe pagar la pena, y es mejor no ser muy alto, llevar una larga capa azul o golpear el aire con la mano izquierda. Una tarde de principios de octubre, cuando el tráfico se animaba, un hombre alto caminaba por el borde de la acera con una dama del brazo. Las miradas furiosas se clavaron en sus espaldas.
Las pequeñas y agitadas figuras -pues en comparación con aquella pareja la mayoría de la gente parecía pequeña-, adornadas con plumas estilográficas y cargadas con cajas de despachos, tenían citas que cumplir y cobraban un sueldo semanal, de modo que había alguna razón para la mirada hostil que se dirigía a la estatura del señor Ambrose y a la capa de la señora Ambrose. Pero algún encantamiento había puesto tanto al hombre como a la mujer fuera del alcance de la malicia y la impopularidad.
En el caso de él, se podía adivinar por el movimiento de los labios que se trataba de pensamiento; y en el de ella, por los ojos fijos y rectos frente a ella, a un nivel por encima de los ojos de la mayoría, que se trataba de tristeza. Sólo despreciando a todos los que encontraba evitaba las lágrimas, y el roce de la gente al pasar junto a ella era evidentemente doloroso. Después de observar el tráfico del Embankment durante uno o dos minutos con mirada estoica, tiró de la manga de su marido y cruzaron entre la veloz descarga de automóviles.
Cuando estuvieron a salvo en el otro lado, ella retiró suavemente su brazo del de él, permitiendo al mismo tiempo que su boca se relajara, que temblara; entonces rodaron lágrimas, y apoyando los codos en la balaustrada, se protegió la cara de los curiosos. El señor Ambrose intentó consolarla; le dio unas palmaditas en el hombro, pero ella no dio muestras de admitirlo, y sintiéndose incómodo de estar al lado de una pena que era mayor que la suya, cruzó los brazos detrás de él y dio una vuelta por la acera.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)