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Private Ryan and the Lost Peace: A Defiant Soldier and the Struggle Against the Great War
Imaginemos que la Gran Guerra termina pronto, en 1915, o en 1916, o incluso en 1917. Imaginemos negociaciones de mesa redonda y una paz de compromiso, poniendo fin a lo que parecía un estancamiento militar inquebrantable.
Si la paz hubiera llegado así, quizá no habría habido comunismo, fascismo, nazismo, Gran Depresión ni Segunda Guerra Mundial. Durante la Gran Guerra, muchos instaron a una paz así. El soldado Ryan y la paz perdida es la historia de un soldado que se rebeló contra la guerra e instó a un acuerdo por mediación.
Era australiano, pero la suya podría ser la historia de muchos «hombres normales» en el frente.
El soldado Ted Ryan, originario de Broken Hill, envió una airada carta al famoso político antibelicista británico Ramsay MacDonald, instándole a seguir presionando por la paz. Ryan denunció la guerra como el rebaño de hombres hacia un horrible «matadero» de matanzas industrializadas.
Se opuso a la idea de seguir luchando hasta «el golpe de gracia». Finalmente, la revuelta de Ryan le llevó a cuatro consejos de guerra. Incluso fue condenado a muerte.
¿Los acuerdos diplomáticos secretos prolongaban la guerra? ¿Se rechazaron cruelmente oportunidades prometedoras de paz? Por lo que sabemos ahora sobre el aplastamiento de las iniciativas de paz, los instintos de Ted Ryan estaban en lo cierto. La Gran Guerra fue una catástrofe prolongada innecesariamente. Quienes se rebelaron contra ella -incluso en las trincheras- merecen que se escuche su historia.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)