El reparto justo: Activismo sénior, pequeños públicos y la cultura de la resistencia

Título original:

Fair Share: Senior Activism, Tiny Publics, and the Culture of Resistance

Contenido del libro:

Un retrato etnográfico profundamente investigado de activistas progresistas de la tercera edad en Chicago que demuestran cómo un público minúsculo ejerce un poder colectivo para abogar por un amplio cambio social.

Si alguna vez has asistido a una protesta o has participado en un movimiento por el cambio social, es probable que hayas experimentado una cultura local, con eslóganes, jerga y compromisos compartidos. Aunque uno podría pensar en una cohorte de jóvenes organizadores cuando imagina la cultura de la protesta, esta poderosa etnografía del estimado sociólogo Gary Alan Fine explora el mundo de los ciudadanos mayores en primera línea de las protestas progresistas. Aunque los mayores son una cohorte política notoriamente importante -e históricamente conservadora-, el grupo que Fine denomina "Chicago Seniors Together" es una organización decididamente de izquierdas, inspirada en el modelo de Saul Alinsky. El grupo defiende cuestiones sociales, como la vivienda asequible y la atención sanitaria, que afectan a todos los sectores de la sociedad, pero que adquieren una urgencia especial en la vida de los mayores. Los mayores se relacionan y movilizan en torno a sus propias experiencias, pero lo hacen al servicio de preocupaciones que van más allá de ellos mismos. No sólo experimentan los problemas sociales como personas mayores, sino que utilizan su edad como un elemento visual espectacular para abogar por el cambio político.

En Fair Share, Fine adentra a los lectores en el vital mundo de un grupo político ignorado, describiendo cómo un "público minúsculo" moviliza sus demandas para lograr un amplio cambio social. Al investigar este proceso, demuestra que los activistas de la tercera edad son especialmente hábiles a la hora de utilizar la edad a su favor en los movimientos sociales. Después de todo, ¿qué puede llamar más la atención que un grupo de apasionados ancianos arrastrando los pies por calles nevadas con bastones, sillas de ruedas y andadores para exigir igualdad sanitaria, arriesgando su propia salud en el proceso?