Puntuación:
Big Hunger es un análisis crítico de la relación entre los intereses corporativos y el movimiento contra el hambre en Estados Unidos. El libro profundiza en los problemas estructurales que causan la inseguridad alimentaria, y aboga por un cambio de enfoque que pase de limitarse a alimentar a la gente a abordar los factores socioeconómicos subyacentes. Aunque muchos lectores lo encontraron esclarecedor, se critica su extensión y su carácter repetitivo.
Ventajas:El libro proporciona un análisis profundo de la inseguridad alimentaria, destaca ejemplos de innovación dentro del movimiento contra el hambre, ofrece una crítica convincente de los sistemas actuales, y está bien organizado y es atractivo. Anima a los defensores a reevaluar sus estrategias y está respaldado por una investigación exhaustiva sobre los factores socioeconómicos que contribuyen al hambre.
Desventajas:Algunos lectores consideraron que el libro era demasiado repetitivo y sugirieron que podría condensarse en un formato más breve. También se critican las inexactitudes históricas y las estrategias políticas presentadas. Algunas reseñas describen el tono como incendiario y destacan las incoherencias del razonamiento.
(basado en 17 opiniones de lectores)
Big Hunger: The Unholy Alliance Between Corporate America and Anti-Hunger Groups
Cómo centrar los esfuerzos contra el hambre no en la caridad sino en las causas profundas de la inseguridad alimentaria, mejorar la salud pública y reducir la desigualdad de ingresos.
Los bancos y las despensas de alimentos han proliferado en respuesta a una emergencia económica. La pérdida de puestos de trabajo en el sector manufacturero, combinada con la recesión de principios de la década de 1980 y los recortes de la administración Reagan en los programas federales, provocaron una explosión en el crecimiento de la caridad alimentaria. Se suponía que era una medida provisional, pero los puestos de trabajo nunca volvieron, y el «sistema alimentario de emergencia» se convirtió en una industria. En Big Hunger, Andrew Fisher analiza críticamente el negocio del hambre y ofrece una nueva visión del movimiento contra el hambre.
Desde una perspectiva, los líderes de la lucha contra el hambre han sido extraordinariamente eficaces. La caridad alimentaria está arraigada en la sociedad civil estadounidense, y los programas alimentarios federales han permanecido intactos mientras que otros programas contra la pobreza han sido eliminados o recortados. Pero los defensores de la lucha contra el hambre pasan por alto un elemento esencial del problema: la desigualdad económica provocada por los bajos salarios. Al depender de las donaciones de alimentos y dinero de las empresas, las organizaciones contra el hambre no han conseguido responsabilizar a las empresas de la deslocalización de puestos de trabajo, el recorte de prestaciones, la explotación de los trabajadores y las comunidades rurales y la resistencia a los aumentos salariales. Se han convertido en parte de un «complejo industrial del hambre» que parece autoperpetuarse tanto como el más famoso complejo militar-industrial.
Fisher expone una visión que abarca una definición más amplia del hambre caracterizada por un enfoque centrado en la salud pública, la justicia económica y la democracia económica. Señala el trabajo de numerosas organizaciones de base que están abriendo camino en estos campos como modelos para el resto del sector de la lucha contra el hambre. Sólo a través de enfoques como éstos podemos esperar acabar con el hambre, no sólo gestionarla.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)