Puntuación:
Las reseñas de «El directivo emocionalmente inteligente» reflejan un amplio abanico de opiniones, destacando las aplicaciones prácticas de la inteligencia emocional (IE) en la gestión y señalando al mismo tiempo sus limitaciones y aspectos susceptibles de mejora. Muchos críticos aprecian la sólida base de investigación y el equilibrio entre teoría y práctica, mientras que otros opinan que el contenido carece de profundidad, es demasiado simplista o tedioso.
Ventajas:⬤ Proporciona un marco práctico para aplicar la inteligencia emocional en el lugar de trabajo.
⬤ Combina una sólida investigación con aplicaciones prácticas y ejemplos del mundo real.
⬤ Ofrece una guía paso a paso y técnicas fáciles de seguir.
⬤ Autores respetados en el campo de la inteligencia emocional que añaden credibilidad.
⬤ Útil tanto para el desarrollo personal como profesional, ya que ayuda a gestionar mejor las emociones.
⬤ Algunos contenidos se consideran excesivamente simplistas o llenos de palabrería.
⬤ Las críticas sugieren que ciertas ideas podrían reducirse al sentido común.
⬤ Algunos lectores califican la presentación de tediosa y agotadora.
⬤ Algunos consejos prácticos, sobre todo los relativos a la manipulación emocional, se consideran cuestionables.
⬤ No todos los lectores encontraron la redacción atractiva ni los ejemplos convincentes.
(basado en 48 opiniones de lectores)
The Emotionally Intelligent Manager: How to Develop and Use the Four Key Emotional Skills of Leadership
Durante mucho tiempo se nos ha enseñado que las emociones deben sentirse y expresarse de forma cuidadosamente controlada, y sólo en determinados entornos y momentos.
Esto es especialmente cierto en el trabajo, sobre todo cuando dirigimos a otras personas. Expresar emociones en el trabajo se considera muy poco profesional, y muchos de nosotros creemos que nuestros mayores errores y arrepentimientos se deben a nuestras reacciones en esos momentos en los que nuestras emociones nos superan.
David R. Caruso y Peter Salovey creen que esta visión de la emoción no es correcta. Los centros emocionales del cerebro, sostienen, no están relegados a un lugar secundario en nuestro pensamiento y razonamiento, sino que son parte integrante de lo que significa pensar, razonar y ser inteligente.
En El directivo emocionalmente inteligente, demuestran que las emociones no sólo son importantes, sino absolutamente necesarias para tomar buenas decisiones, actuar para resolver problemas, afrontar el cambio y tener éxito. Los autores detallan una jerarquía práctica de cuatro partes de habilidades emocionales: identificar las emociones, utilizar las emociones para facilitar el pensamiento, comprender las emociones y gestionar las emociones, y muestran cómo podemos medir, aprender y desarrollar cada habilidad y emplearlas de forma integrada para resolver nuestros problemas laborales más difíciles.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)