El día que el Ku Klux Klan llegó a la ciudad

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Título original:

The Day the Klan Came to Town

Contenido del libro:

Corre el año 1923. El Ku Klux Klan está en la cúspide de su poder en Estados Unidos, con millones de miembros que se expanden más allá de sus fronteras meridionales originales. A medida que crecen, también lo hacen sus objetivos. Mientras continúan sus campañas de terror contra los afroamericanos, su lista incluye ahora a católicos y judíos, europeos del sur y del este, todo en nombre de la "supremacía blanca". Pero ya no se les considera una organización terrorista. Al añadir los mensajes de decencia moral, valores familiares y templanza, el Ku Klux Klan se ha puesto una fina capa de respetabilidad y se ha convertido en una "organización cívica", atrayendo a ciudadanos de a pie, a las fuerzas del orden y a políticos a su particular marca de "americanismo" blanco, anglosajón y protestante.

Pensilvania se unió con entusiasmo a esa ola. Fue entonces cuando el Gran Dragón de Pensilvania decidió exhibir el nuevo poder del Ku Klux Klan en una demostración de fuerza. Eligió una pequeña ciudad a las afueras de Pittsburgh que llevaba el nombre de Andrew Carnegie.

Un pequeño y modesto municipio lleno de "católicos y judíos", el lugar perfecto para dar "una lección" a estos inmigrantes. Unos treinta mil miembros del Klan se reunieron desde lugares tan lejanos como Kentucky para el "Día de Karnegie". Tras iniciar a los nuevos miembros, se armaron con antorchas y pistolas para descender sobre la ciudad y mostrarles exactamente en qué consistía el americanismo.

El día en que el Ku Klux Klan llegó a la ciudad es un relato ficticio de la revuelta, centrado en un inmigrante siciliano, Primo Salerno. No es un líder.

Es un hombre con un pasado problemático. Fue sacado de las minas de azufre de Sicilia siendo un adolescente para luchar en la Primera Guerra Mundial. Después, se convirtió en el objetivo de un fascista local y se vio obligado a emigrar a Estados Unidos. No quiere luchar, pero siente que quizá no tenga elección. Todo el pueblo necesita que él -y, de hecho, todo el mundo- tome partido.