El después: Una desgarradora historia real de abusos sexuales a menores, violencia doméstica, alcoholismo y liberación

Título original:

The Afterwards: A Gut-Wrenching True Story of Child Sexual Abuse, Domestic Violence, Alcoholism and Liberation

Contenido del libro:

Aprendí a rezar por mí.El viaje comenzó tras toda una vida de dudas que desembocó en un único momento de fe en el que nació la esperanza y se enviaron mensajes de lo alto a un alma indecisa en medio de temores extraordinarios.

Odio el término abuso sexual infantil. Odio que se le haya dado un nombre y, por tanto, una existencia. Darle una etiqueta le da poder. Le dio un hogar y alguien sobre quien abalanzarse. Al ponerle nombre a lo que había llegado a nuestras vidas, yo había cedido a los miedos con los que llegó. Era fuerte. Poderoso. Monstruoso. Era todo aquello de lo que estaban hechas las pesadillas.

Pero, sin minimizar el daño y la destrucción que se proponía hacer, di los primeros pasos para vencer al demonio y no le puse nombre. La cosa no era nada. No tenía una existencia que pudiera ganar la guerra que libraba contra mi familia y contra mí. Era sólo una cosa. Algo que no era nada. Yo tenía un nombre y eso me hacía mucho más valioso que algo que no merecía existir. Cuando le quité el nombre a mi monstruo personal, empecé a fortalecerme contra él.

El Después es una historia que narra hechos reales en torno a la supervivencia a una serie de incidentes traumáticos, sólo para descubrir que lo que ocurre después es mucho más implacable y cruel que el hecho en sí. La promesa de que la cosa había terminado y que nada podría hacerme daño a partir de ese momento estaba tan lejos de la realidad de lo que ocurre después.

El después perdura y nunca desaparece. Nunca se va y nunca se cura. Nunca puede ser otra cosa y nunca se convertirá en otra cosa. No hay nada después del Después. Es donde comienza el final. Siempre fue el principio del fin.

Pero el Después puede ser diferente. Mejor. No la mimes ni la compadezcas, sólo dile que hizo lo correcto y que la culpa o la vergüenza nunca fueron suyas. Ayúdala a quitarse la armadura. Su guerra ha terminado. Sus heridas sanarán y sus cicatrices desaparecerán. Deja que se deshaga de la carga que lleva, es demasiado pesada. Nunca debieron echársela encima. Dale la confirmación que necesita para recoger todos sus pedazos rotos, y ayúdala a pegarlos de nuevo. Sé su madre. Su abuela. Su tía. Su hermana. Su amiga. No estés allí para la cosa, sino para el después.