El acuario de Mark Twain: La correspondencia Samuel Clemens-Angelfish, 1905-1910

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Título original:

Mark Twain's Aquarium: The Samuel Clemens-Angelfish Correspondence, 1905-1910

Contenido del libro:

"Lo que me faltaba y lo que necesitaba", confesó Samuel Clemens en 1908, "eran nietos". Casi al final de su vida, Clemens se convirtió en el cariñoso amigo y corresponsal de doce colegialas de edades comprendidas entre los diez y los dieciséis años. Para Clemens, "coleccionar" a estas nietas sustitutas era una forma de superar su soledad, un respiro del pesimismo, la enfermedad y la depresión que dominaron sus últimos años.

En El acuario de Mark Twain, John Cooley reúne prácticamente todas las comunicaciones conocidas intercambiadas entre el escritor y las chicas a las que llamaba sus "angelotes". Cooley también incluye varias anotaciones de Clemens en cuadernos, dictados autobiográficos, manuscritos breves y otros materiales relevantes que iluminan aún más esta fascinante historia.

Clemens disfrutaba de la atención de estas chicas, organizaba visitas a sus casas con acompañantes y creaba un elaborado conjunto de reglas y emblemas para el Aquarium Club. Colgó sus retratos en su sala de billar e inventó juegos y obras de teatro para su diversión. Durante gran parte de 1908, enviaba y recibía una carta a la semana de su pez ángel. Cooley sostiene que Clemens veía la alegría y la risa como sus únicas defensas contra la desesperación de sus últimos años. Su encanto por los niños, años antes, había dado origen a personajes como Tom Sawyer, Becky Thatcher y Huck Finn. En las frivolidades del Aquarium Club encontró su expresión final.

Cooley no encuentra pruebas de incorrección en el comportamiento de Clemens con las chicas. Tal vez su mayor delito, sugiere el editor, fue idealizarlas, considerarlas preciosos objetos de colección. "Intentó atraparlas en el ámbar de una adolescencia sin fin", escribe Cooley. "Al suplicar que permanecieran jóvenes e inocentes, tal vez intentaba negar que, a medida que ellas y el mundo seguían cambiando, él también debía hacerlo".