Después de Dios: El futuro de la religión

Opiniones de los lectores

El libro presenta un sugerente análisis de la religión moderna y su evolución, destacando tanto su contexto histórico como un enfoque no teísta de la práctica espiritual. Aunque muchos lectores lo encuentran perspicaz y pertinente, otros lo critican por malinterpretar los orígenes y la esencia de la religión.

Reflexivo e inteligente, perspectiva histórica de la religión, estilo de escritura accesible, presenta ideas visionarias para futuras prácticas religiosas, fomenta un enfoque metafórico, importante para pensadores contemporáneos.

Defectos menores en relación con el deconstruccionismo, cierta decepción debido a la reducción de la experiencia humana al lenguaje, percepción de incomprensión de los orígenes religiosos fundamentales, posible falta de profundidad en el trasfondo de la ciencia cognitiva.

(basado en 6 opiniones de lectores)

Título original:

After God: The Future of Religion

Contenido del libro:

¿Qué tiene la religión que, a pesar de todo, le permite sobrevivir? En Después de Dios, el prestigioso erudito Don Cupitt se plantea el destino de la religión ahora que hemos acabado con nuestros dioses.

El autor, teólogo de formación y sacerdote ordenado en la Iglesia de Inglaterra, nos lleva a través de la evolución de las creencias religiosas desde el amanecer de los dioses hasta su crepúsculo, así como a la mañana siguiente. Cupitt traza el peregrinaje posmoderno desde la creencia tradicional hasta el cinismo y la fe después de Dios, y afirma que necesitamos construir un nuevo vocabulario religioso.

Nos desafía a ver la religión menos como una ideología y más como un juego de herramientas, un conjunto de técnicas -quizás una forma de arte- que mejoran nuestras vidas del mismo modo que lo hacen la literatura y el arte. "Hereje de herejes" y "sacerdote ateo", Cupitt respeta tanto el escepticismo como la devoción. No acepta ni niega la religión en su valor nominal; desmenuza la fe, desecha lo que no puede utilizar y ensambla el resto en formas nuevas y extraordinarias, retándonos a remodelarla creativamente, a darle un nuevo lenguaje, a reinventarla.

Después de Dios es para quienes encuentran difícil estar entre la congregación de una religión ortodoxa pero echan de menos la disciplina y las recompensas de practicar una fe, y para la persona que entenderá a Cupitt cuando escriba: "En realidad creo que amo más a Dios ahora que sé que Dios es voluntario". Quizá Dios tuvo que morir para purificar nuestro amor por él".