Deísmo y ética social

Título original:

Deism and Social Ethics

Contenido del libro:

En muchas partes del mundo, tanto en la política como en la vida personal, la religión está ejerciendo, para bien o para mal, una influencia mayor que en cualquier otro momento que se recuerde. No se trata sólo de una confrontación cultural-religiosa entre el Islam mundial y lo que considera un Occidente agnóstico y acomodado, sino del preocupante ascenso del fundamentalismo cristiano en la nación más poderosa del mundo.

Y este último tiene su propia agenda política. Parte de esta agenda implica un enfoque sesgado de la cuestión israelo-palestina, pero el aspecto más significativo de toda política de inspiración religiosa es el fariseísmo, y la mezcla explosiva que éste crea. Se trata de situaciones que nunca podrían haberse previsto hace una generación, cuando se daba por sentado que el laicismo había desplazado a las creencias del pasado como algo que ya no tenía importancia política.

La actitud de muchas personas pensantes, en Europa y en otros lugares, es mirar con recelo a la religión, al tiempo que miran hacia el crecimiento de un mayor laicismo en la resolución de cuestiones difíciles.

Pero este enfoque no es una opción. La religión es un componente natural de la naturaleza humana y es improbable que el modernismo la erradique.

No obstante, es necesario distinguir entre los aspectos benignos y malignos de la religión y los de las distintas iglesias. A través del estudio de las tradiciones de las principales religiones del mundo actual se demuestra que las que se basan en la revelación tienden con demasiada frecuencia a una tenacidad de creencia que conduce al irracionalismo y luego, a su vez, al fanatismo. Cuando esto muta en poder político se crea un cóctel peligroso que puede afectarnos a todos, como hemos visto con el 11-S, y más tarde con los atentados de Londres, Madrid, Bali y otros lugares.

Tales amenazas sólo pueden afrontarse volviendo al lenguaje de quienes reclaman la autoridad de Dios. Y eso significa enfrentarse a la religión con la religión. Pero ese desafío tiene que venir de una religión global sin falsedad, o del sistema de creencias racionales del deísmo que pretende unificar a todos los de buena voluntad bajo el paraguas de una conciencia religiosa ética.

Este libro presenta, por tanto, una visión de un deísmo regenerado para el siglo XXI que ayude a resolver los conflictos más difíciles de nuestro tiempo. La futilidad de la confrontación política, a través de una visión dualista del mundo, debe ser enfrentada por un nuevo orden moral entre las mayorías de todo el mundo para traer una mayor paz y seguridad a nuestro planeta.