Daniel-Francois-Esprit Auber: Zerline

Contenido del libro:

Daniel-Francois-Esprit Auber (1782-1871) fue considerado durante mucho tiempo uno de los compositores de ópera más típicamente franceses y de mayor éxito del siglo XIX. Aunque dotado musicalmente, al principio eligió el comercio como carrera, pero pronto se dio cuenta de que su futuro estaba en la música. Estudió con Cherubini, y su ópera cómica La Bergere Chateleine (1820), escrita a los 38 años, no tardó en consagrarle como compositor de ópera. Quizá el punto de inflexión más importante en la vida de Auber fue su encuentro con el libretista Eugene Scribe (1791-1861), con quien desarrolló una larga e ilustre colaboración que sólo terminó con la muerte de Scribe. Los éxitos se sucedieron; obras como Le Macon (1825) y La Muette de Portici (1828) dieron a Auber fama pública y reconocimiento oficial. En 1829 fue nombrado miembro del Institut, en 1839 Director de Conciertos de la Corte, en 1842 Director del Conservatorio, en 1852 Director Musical de la Capilla Imperial y en 1861 Gran Oficial de la Legión de Honor. Auber parece haber estado predestinado a vivir en tiempos revolucionarios; durante su larga vida tuvieron lugar no menos de cuatro revoluciones en Francia (1789, 1830, 1848, 1870). La famosa gran ópera histórica de Auber, La Muette de Portici (también conocida por el nombre de su héroe, Masaniello), está basada en la revolución y representa el levantamiento napolitano de 1647 contra el dominio español.

Se trata de una obra clave en la historia de la ópera, y tiene una historia revolucionaria en sí misma: fue una representación de esta obra en Bruselas en 1830 la que ayudó a desencadenar la revolución que condujo a la separación de Bélgica de Holanda. Una revolución que precipitó la muerte de Auber a la avanzada edad de 89 años. Falleció el 12 de mayo de 1871 a consecuencia de una larga enfermedad agravada por las privaciones y peligros del Sitio de París. Se había negado a abandonar la ciudad que siempre había amado, incluso después de que su casa fuera incendiada por los petroleurs et petroleuses. En un giro del destino, se había colocado una marca en la casa del compositor de Masaniello, la voz misma de la libertad romántica Las oberturas de Auber fueron en su día instantáneamente reconocibles, favoritas del repertorio clásico ligero. Sus graciosas melodías y ritmos de danza ejercieron una enorme influencia, tanto en el piano y la música instrumental como en el género de la ópera cómica romántica, especialmente en Alemania. Los gustos musicales y las modas han cambiado, y el público contemporáneo está más acostumbrado a las obras más pesadas del verismo, el trascendentalismo wagneriano y el experimentalismo del siglo XX. Las óperas en sí, aparte de Fra Diavolo (1830), rara vez se representan, pero el arte elegante, delicado y sobrio de Auber sigue siendo tan atractivo para el oyente exigente como siempre.

Zerline, ópera en tres actos con libreto de Eugene Scribe, se estrenó en la Academie nationale de musique (Sala de la rue Le Peletier) el 16 de mayo de 1851. La escena se sitúa en Palermo, durante la Restauración. El Príncipe de Roccanera, casado con la hermana del Rey, tiene una supuesta sobrina, Gemma. En realidad es hija de Zerline, un vendedor de naranjas. Esta última fue secuestrada por piratas, y habiendo regresado a Palermo después de muchas pruebas, se encuentra ahora con su hija, asumiendo el papel de su tía. Se entera de que Gemma ama a un joven oficial de la marina, Rodolphe, pero que la esposa del Príncipe desea que Gemma se case con el primo del Rey, muy en contra de los deseos de la muchacha. En el tercer acto, Zerline, alertada ya de una intriga comprometedora para los dos jóvenes amantes, consigue salvaguardar su integridad y propiciar su unión. La acción se adapta mejor a un vodevil que a una ópera, y el escenario tiene poco interés innato. El papel de Zerline fue concebido especialmente para la gran contralto Marietta Alboni (1823-94), el primer papel que creó. La obertura en si bemol mayor establece inmediatamente la naturaleza familiar del drama, con su parábola sobre los pecados del pasado, la disparidad social y el amor maternal que todo lo vence. En los dos coros iniciales del primer acto, dominados por ritmos de barcarola, se hace alusión al escenario siciliano para establecer el couleur locale.

El magnífico talento de Alboni añadió un gran valor a la música ligera escrita por Auber para este pequeño lienzo. En consecuencia, la obra contiene muchas piezas de carácter puramente virtuoso. Entre ellas, el gran aire de entrada O Palerme o Sicile, la canzonetta Achetez mes belles oranges, temática central, y el dúo para soprano y contralto Quel trouble en mon ame del primer acto. Es como si la ambientación italiana de la historia y los orígenes italianos de la prima donna hicieran que Auber se fijara en su temprano amor por Rossini, y en su apego duradero a las formas musicales italianas y al color local (como en Fiorella, La Muette de Portici, Fra Diavolo, Acteon, La Sirene, Zanetta y Haydee). La parte vocal de Zerline es una recreación consciente del antiguo modo rossiniano, y sus diversos solos están escritos al estilo de la contralto virtuosa de la ópera seria, obviamente con una ligereza gala contemporánea propia de Auber. El Grand Air muestra todas las características. El reparto original era: Merly (Roccanera); Mlle Marietta Alboni (Zerline); Mlle Maria-Dolores-Benedicta-Josephine Nau (Gemma); Aimes (Rodolphe); Mlle Dameron (la princesa de Roccanera); y Lyons (el marqués de Bettura). La obra sólo se representó 14 veces en París, sin reposición. Se tradujo al italiano y se representó en Bruselas (en francés) y Londres (en italiano).