Conozco la cara, pero...

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Título original:

I Know the Face, but...

Contenido del libro:

Este entrañable y extremadamente cómico autor ya se ha abierto camino a golpe de toro a través de su carrera bélica - To Sea in a Sieve ("Easily the funniest autobiography of the year" NANCY SPAIN) - y su temprana vida familiar - Bulls in the Meadows ("An enchanting book" JOHN CONNELL).

Ahora el toro carga con la misma hilaridad atractiva a través de su carrera como actor - en el escenario, la pantalla y 'telly'. No se trata, como el autor se esfuerza en señalar, de una historia de éxito, del tipo "Siete pasos hacia el estrellato".

De hecho, a pesar de haber tenido de vez en cuando un éxito considerable (más recientemente en Esperando a Godot), comienza su libro diciendo: "Es simplemente la historia de un músico callejero que se encuentra en una encrucijada". ¿Debe renunciar a los escenarios e intentar ganarse la vida como autor?

Sin embargo, a medida que se desarrolla su historia podemos ver cómo Peter Bull ama su profesión y a todas -¡o casi todas! - las personas con las que trabaja desde hace unos 25 años. Incluso en medio de las calamidades, o en todo caso al final de ellas (y nos habla de varios fracasos fabulosos como The Boy David) encuentra algo y/o a alguien que le alegra el corazón. "Tal es el poder de la magia que prefiero seguir dando tumbos sin hacer nada con la esperanza de que cada década pueda acabar en otra obra de teatro, La dama no está para quemar...".

Para los aficionados al teatro, este libro es imprescindible. Pero, en nuestra opinión, este libro gustará a la inmensa mayoría de esos millones de personas que han visto a Peter Bull en las pantallas de sus televisores, aunque sólo "conozcan su cara, pero...".