Confesiones

Título original:

Confessions

Contenido del libro:

"Porque nos has hecho para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti".

--San Agustín de Hipona.

De todas las autobiografías jamás escritas por simples mortales, Confesiones de San Agustín de Hipona es la más grande. En esta obra maestra, encontrarás a un doctor de la Iglesia anhelando al verdadero Doctor del alma, Cristo. Desde las raíces africanas de Agustín hasta el encuentro con su padre espiritual, san Ambrosio, en Milán, desde la lucha contra la concupiscencia hasta su célebre conversión, Confesiones es una verdadera peregrinación hasta el umbral de la nueva Jerusalén. En efecto, su final no es una biografía, sino una impresionante meditación sobre el tiempo y la memoria, sobre el alma humana y el mundo material, y sobre el poder creador y redentor del propio Dios.

En la nueva traducción del Dr. Anthony Esolen, el estimado traductor y autor trata de retener y revelar lo figurativo ciñéndose lo más posible a lo literal, tanto en el significado de las palabras individuales como en la forma de expresión del autor. Confesiones es una obra de arte literario, "una de las más estupendas que jamás se hayan hecho", dice, inmensamente rica en ideas e intrincada en su regreso, una y otra vez, a las preguntas de un alma en busca de la verdad y de respuestas listas para ser encontradas, si tan sólo buscamos, preguntamos y llamamos.

Confesiones no se parece a ningún otro libro. Según el Dr. Esolen, "Las Confesiones son una oración continua y coherente, una profunda profesión de fe y una súplica de más, siempre más sabiduría, siempre más amor. Es artística en toda su concepción, en sus partes y su disposición hasta la más mínima frase. Está más cerca de las catedrales góticas que adornarían Europa ochocientos años después que de cualquier cosa que tú o yo pudiéramos escribir sobre nosotros mismos y nuestras vidas".

En las Confesiones, el lector no sólo se encuentra con Agustín, el niño, el joven prometedor, el pecador, el maestro, el errante intelectual, el catecúmeno vacilante y el hombre cristiano liberado al fin. A través de este libro, el lector se adentra en su propio itinerario espiritual, mientras clama al Dios vivo en lo más profundo de su corazón: "Déjame conocerte, Señor, que me conoces; déjame conocerte como yo soy conocido".