Puntuación:
El libro ofrece un relato detallado y bien documentado de la colonización de Taiwán por los holandeses, destacando las complejas interacciones entre los funcionarios holandeses y diversos grupos, incluidos los pueblos indígenas y los colonos chinos. El autor, Tonio Andrade, explora los temas de la inmigración, la interacción cultural y la importancia histórica de Taiwán dentro de las redes comerciales mundiales durante el período moderno temprano.
Ventajas:⬤ Un estilo fascinante y atractivo.
⬤ Presentación exhaustiva del periodo holandés en la historia de Taiwán.
⬤ Exploración en profundidad de las relaciones entre las poblaciones holandesa, china e indígena.
⬤ Amplia investigación utilizando registros históricos holandeses y chinos.
⬤ Valiosa contribución a la comprensión de la historia temprana de Taiwán y su integración en las redes comerciales mundiales.
⬤ Algunas críticas en relación con el retrato de los holandeses como estimuladores de la inmigración masiva, que puede simplificar en exceso la dinámica inicial de las relaciones laborales.
⬤ El tema principal de Taiwán convirtiéndose en «chino» puede subestimar las contribuciones de otras culturas a la identidad de Taiwán.
⬤ La complejidad del libro puede resultar difícil para lectores ocasionales sin conocimientos previos del tema.
(basado en 4 opiniones de lectores)
How Taiwan Became Chinese: Dutch, Spanish, and Han Colonization in the Seventeenth Century
A principios del siglo XVII, Taiwán era un remanso silvestre, escasamente habitado por cazadores de cabezas y visitado sobre todo por piratas y pescadores. A finales de siglo albergaba a más de cien mil colonos chinos, que cultivaban arroz y azúcar para exportarlos a los mercados mundiales. Este libro examina esta notable transformación. Basándose principalmente en fuentes holandesas, españolas y chinas, sostiene que, paradójicamente, fueron los europeos quienes iniciaron la colonización china a gran escala de la isla: los españoles, que tuvieron una base en el norte de Taiwán de 1626 a 1642, y, lo que es más importante, los holandeses, que tuvieron una colonia de 1623 a 1662. Estos últimos atrajeron a Taiwán a los habitantes de la provincia costera de Fujian con ofertas de tierras gratuitas, exención de impuestos y subvenciones económicas, creando una colonia china bajo dominio europeo.
Taiwán fue así escenario de una coyuntura colonial, un sistema que el autor denomina de co-colonización. Los holandeses dependían estrechamente de los colonos chinos para la alimentación, el emprendimiento, la traducción, la mano de obra y la ayuda administrativa. Los colonos chinos dependían de los holandeses para protegerse de los aborígenes cazadores de cabezas y, a veces, de otros grupos chinos, como los piratas que surcaban los mares de China.
En su análisis, el libro arroja luz sobre una de las cuestiones más importantes de la historia global: ¿cómo entendemos los grandes movimientos coloniales que han dado forma a nuestro mundo moderno? Al examinar la colonización holandesa, española y Han en una isla, ofrece una respuesta convincente: Los europeos consiguieron establecer colonias por todo el planeta no principalmente por su superioridad tecnológica, sino porque sus Estados patrocinaron el colonialismo de ultramar, mientras que los Estados asiáticos, en general, no lo hicieron. De hecho, cuando los Estados asiáticos lo hicieron, las colonias europeas fueron vulnerables, y el libro termina con la captura de Taiwán por un ejército chino, dirigido por un caudillo chino llamado Zheng Chenggong.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)