Comentario al libro de los Salmos

Opiniones de los lectores

Las reseñas de este libro están muy polarizadas: algunos elogian una edición concreta, mientras que otros la condenan por ser una reproducción de baja calidad que sólo cubre una parte del contenido.

La versión de Caritas Publishing es elogiada por ser una gran edición del libro.

Muchos críticos la critican por incluir sólo los primeros veinte salmos, sugiriendo que es una reproducción mal hecha de contenido de dominio público, con un formato inconveniente y una falta de exhaustividad.

(basado en 2 opiniones de lectores)

Título original:

A Commentary on the Book of Psalms

Contenido del libro:

Comentario del libro de los Salmos por un santo brillante. Traducido por un sacerdote católico.

El significado de los salmos puede resultar oscuro, a veces, para la gente moderna. Los salmos son increíble y sublimemente ricos, con una riqueza casi infinita de tesoros espirituales. Deja que este Santo te ilumine para penetrar en las Verdades que en ellos se expresan.

En los primeros tiempos de la Iglesia, los salmos eran tan familiares a los laicos, que fue imposible adoptar la traducción hecha por San Jerónimo a partir del hebreo, pues todos conocían de memoria la versión más antigua. De hecho, el Libro de los Salmos es una especie de compendio y resumen de todo el Antiguo Testamento, incluidas las profecías relativas al Mesías sufriente.

Todo lo que Moisés transmitió en la historia o enseñó en la Ley, y todo lo que escribieron los demás Profetas, ya sea exhortando a los hombres a la virtud o prediciendo el futuro, todo ello está contenido en el más breve compendio en los Salmos de David. Los Salmos exhortan a los oyentes a la virtud, los refrenan del vicio, los invitan, los atraen, los amenazan y los atemorizan.

Y todas estas cosas no se exponen simplemente en una narración, sino en diversas clases de cantos, con frases poéticas y muchas metáforas admirables, hasta que al fin esta nueva forma de expresión arrebata las almas en tal amor y alabanza a Dios, que nada más dulce, nada más saludable podría jamás cantarse ni oírse. Por eso tiene razón San Basilio cuando escribe en su comentario al primer Salmo, que los Salmos de David arrancan lágrimas hasta de un corazón de piedra.

Y San Juan Crisóstomo afirma con razón en su comentario al Salmo 137 que los que cantan los Salmos dirigen coros junto con los ángeles y, por así decirlo, compiten con ellos en la alabanza y el amor a Dios.