Churchill - Caminando con el destino

Título original:

Churchill - Walking with Destiny

Contenido del libro:

EL BESTSELLER INTERNACIONAL

LIBRO DEL AÑO DEL SUNDAY TIMES, THE TIMES, ECONOMIST, DAILY TELEGRAPH, EVENING STANDARD Y OBSERVER

Sin duda, la mejor biografía de Churchill jamás escrita» Dominic Sandbrook, Sunday Times

Una biografía de Churchill magníficamente fresca e inesperada, escrita por uno de los historiadores británicos más aclamados.

Winston Churchill sobresale por encima de cualquier otra figura de la historia británica del siglo XX. Cuando murió, a los 90 años, en 1965, muchos pensaban que era el hombre más grande del mundo.

Ha habido más de mil biografías anteriores de Churchill. Andrew Roberts recurre ahora a más de cuarenta nuevas fuentes, incluidos los diarios privados del rey Jorge VI, utilizados en ninguna biografía anterior de Churchill, para retratarlo de forma más íntima y persuasiva que cualquiera de sus predecesoras. El libro no oculta en absoluto los defectos de Churchill y permite al lector apreciar plenamente sus virtudes y su carácter: su titánica capacidad de trabajo (y de bebida), su habilidad para ver el panorama general, su voluntad de asumir riesgos y su insistencia en estar donde estaba la acción, su buen humor incluso en las circunstancias más desesperadas, la amplitud y la fuerza de sus amistades y su extraordinaria propensión a romper a llorar en momentos inesperados. Por encima de todo, nos muestra las fuentes de su personalidad: su deseo de toda la vida de complacer a su padre (incluso mucho después de su muerte), pero su aristocrático desdén por las opiniones de casi todos los demás, su amor por el Imperio Británico, su sentido de la historia y su conexión con el presente.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Churchill convocó varias veces a un científico para pedirle consejo técnico. El joven escribió: «Cada vez que nos veíamos, tenía la sensación de estar siendo recargado por una fuente de energía viva». Harry Hopkins, emisario del Presidente Roosevelt, escribió: «Dondequiera que estuviera, había un frente de batalla». El mariscal de campo Sir Alan Brooke, socio esencial de Churchill en estrategia y su crítico más severo en privado, escribió en su diario: «Doy gracias a Dios por haber tenido la oportunidad de trabajar junto a un hombre así, y de que se me abrieran los ojos al hecho de que de vez en cuando existen superhombres así en esta tierra».