Puntuación:
El libro ofrece una atractiva exploración de la historia de la cultura felina en la Inglaterra victoriana a través de la lente del artista Louis Wain. Aunque está repleto de anécdotas interesantes, ilustraciones de gran calidad y un estilo de escritura ameno, los lectores han señalado problemas con el ritmo, la repetitividad y la falta de contexto para el público no británico.
Ventajas:Una narración atractiva e informativa, ilustraciones de gran calidad, una mirada fascinante al auge de la cultura gatuna y humor a lo largo de toda la narración.
Desventajas:A algunos lectores les pareció prolijo y repetitivo, y algunas partes les resultaron tediosas. Además, las referencias a la cultura británica pueden alienar a los lectores no británicos, y hay informes de defectos de impresión en algunas copias.
(basado en 13 opiniones de lectores)
Catland: Louis Wain and the Great Cat Mania
Cómo la manía por los gatos explotó a principios del siglo XX, transformándolos de plagas en queridas mascotas.
En 1900, Gran Bretaña y Estados Unidos estaban inmersos en una locura por los gatos. Un animal que durante siglos se había considerado un sirviente doméstico o una molestia urbana se había convertido ahora en objeto de orgullo y profundo afecto. Desde las familias presidenciales y reales que importaban razas exóticas hasta los obreros que competían por premios en metálico por el gato atigrado más gordo, la gente se aficionó al otrora humilde felino. Surgieron múltiples industrias para alimentar esta nueva obsesión, vendiendo de todo, desde servicios veterinarios a patucos de cuero, pasando por revistas dedicadas a los gatos. Los gatos se vendían por sumas de dinero cada vez mayores, reforzadas por elaborados pedigríes que reivindicaban nobles ancestros y prometían distinción estética.
En Catland, Kathryn Hughes relata la locura por los gatos de principios del siglo XX a través de la vida y la carrera de Louis Wain. Los dibujos antropomórficos de Wain de gatos con sombreros de copa enamorándose, bebiendo champán, jugando al golf, conduciendo coches y pilotando aviones son algunas de las imágenes más reconocibles de la época. Sus esponjosos personajes de cara redonda establecieron el prototipo del gato moderno, que los "aficionados" a los gatos se afanaban en conseguir gracias a sus nuevos conocimientos sobre las últimas técnicas científicas de cría. A pesar de ser un nombre muy conocido, Wain sufrió múltiples bancarrotas y crisis mentales, y pasó sus últimos quince años en un manicomio, dibujando felinos abstractos y multicolores. Pero fueron sus omnipresentes gatos antropomórficos los que ayudaron a introducir en los hogares de toda Europa a estas criaturas antes vilipendiadas.
Catland, bellamente ilustrado y basado en nuevos datos de archivo sobre la vida de Wain, la afición por los gatos en general y el frenesí mediático que creó, narra la fascinante historia de la aparición del gato moderno.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)